Dentro de una esmeralda
Junto al plátano sueltas, en congoja de doncella insegura, el broche al sayo. La fuente ríe y en el borde gayo atisbo el tumbo de la veste floja. Y allá, por cima de tus crenchas, hoja que de vidrio parece al sol de mayo, torna verde la luz del vivo rayo y en una gema colosal te aloja. Recatos en la virgen son escudos, y echas en tus encantos, por desnudos, cauto y rico llover de resplandores. Despeñas rizos desatando nudos y melena sin par cubre primores y acaricia con puntas pies cual flores.
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