Material de Lectura

Lucius Atherton

Cuando se me rizaba el bigote
y mi pelo era negro,
cuando me ponía pantalones ajustados
y un diamante en el cuello,
fui excelente raptor de corazones: burlé a muchas.
Pero cuando hicieron las canas su acto de presencia...
¡ay! una nueva generación de muchachas
se reía de mí, sin tenerme miedo,
y ya no tuve más aventuras emocionantes
en las que por poco me mataran por sinvergüenza
desalmado;
sólo amoríos secos, amoríos recalentados
de otros días, de otros hombres.
Y pasaron los años hasta que me fui a vivir
al restorán de Mayer donde comía entremeses,
gris, desgreñado, don Juan rural sin dientes, rechazado.
Hay una sombra poderosa que canta aquí
de una que se llama Beatriz.
Ahora puedo ver que el poder de su grandeza
me llevó a reptar por el más bajo de los fondos.