Material de Lectura

El espantapájaros

 

Azada al hombro,
en el centro del mundo,
Juan mira la planicie
y soñando se sueña.

Tiene hambre —revuelta—,
gusanos y un deseo,
que lo íntimo que no sabe
traducir, sabrá.

El sol cae y refresca;
las sombras del maizal
corren veloces como galgos
encharcados.
Anochece.