Material de Lectura

 

Nansen


Te encontré una mañana lluviosa
Después de un tifón
En un surco de bambúes en Daitoku-ji.
Trapo luido, mojado
Y chillón, gateabas bajo la barda
Hacia mi mano. Abandonado ahí para morir.
Te llevé a casa bajo mi gabardina.
"¡Queso, Nansen!" y respondías a gritos
Y venías corriendo.
Pero nunca creciste,
Enanito patizambo y vivaz—
A veces inapetente, a menudo tosigoso
Lloriqueando amargamente por un interno dolor.

Ahora, delgado y viejo, no comes
Sino leche y queso. Sentado en un poste
Bajo el sol. Resistes con resignado
Descontento.
No te hicieron bien. Yo te salvé
Y tus tres años de vida han estado llenos
De blanda, inflexible pena.


(The Back Country, 1968)