Material de Lectura

 

La cierva y la serpiente


La cierva es mansa y bella, como Dios la hizo
Miro sus ojos y pienso en las maravillas que tenemos

Sacerdotes extraños entran a la catedral de los bosques
Y siete Marías les lavan las manos para conquistarla

Con las patas alzadas — con los oídos aguzados
Guardando equilibrio en la punta como una hoja

Pero la serpiente ataca — en un arco violeta
De velocidad asesina — belleza letal

Como agua de las montañas que un ciervo bebe
Quieto, por siempre, mientras el veneno actúa

Mientras cuento los brazos de tu Cruz y pienso
En cuántos Cristos podrían estar allí, llorando.