Material de Lectura

 

El amor visto como una búsqueda de lo perdido


Tú, la mujer; yo, el hombre; éste, el mundo:
Y cada uno la obra de los demás.

He allí el paso silencioso en la nieve; el forastero;
El pájaro lisiado; la monja; la bailarina; el ala de Jesús
Sobre los peregrinos de la villa; y he allí
Bellos brazos a nuestro alrededor y alrededor de todo
lo que sabemos.

Ve cómo las estrellas deambulan por el cielo en sus
varitas
De antigua luz: con qué simplicidad ese azul
Conduce a la eternidad a la cueva de Dios, allí donde el
César
Y Sócrates, como pinturas primitivas en los muros
Miran, con ojos estupefactos, este mundo donde tú y yo
vivimos.

Tú, lo que se busca; yo, el buscador; ésta, la búsqueda:
Y cada uno la misión, de los demás.

Pues la inmensidad no es sino el caballo de tiro que saca
A la carreta del atolladero; y vamos hacia la razón.
Pero el genio es una inmensa pequeñez, unas gotas
Del corazón que amparan lo mismo a la liebre que al
cazador.

¡Cuán suavemente, amor, como en el sueño de una rosa,
El viento se desliza sobre la tensa pradera de la noche!
Ve cómo los grandes ojos de madera de los bosques
Observan la arquitectura de nuestra inocencia.

Tú, la ciudad; yo, el forastero; éste, el camino:
Y cada uno la obra de los demás.
Y no es que el hombre tenga que esforzarse más, ni cesar la
compasión; sino que
Ha de vivir más libremente; que en todas sus ciudades ondee
limpia una bandera…
Hemos estado demasiado tiempo solos, amor, y se ha hecho
terriblemente tarde
Para los pies traspasados en el agua, y no debemos morir en
este instante.
¿Te has preguntado por qué todas las ventanas del cielo
estaban rotas?
¿Has visto acaso a los desposeídos en la tumba abierta de la
mano de Dios?
¿O es que quieres poner de acuerdo a la alondra con la
música fatua de la guerra?

He allí el paso silencioso en la nieve; el forastero;
El reyezuelo lisiado; la monja; la bailarina; el ala de Jesús
Sobre los peregrinos de la villa; y he allí
Muchos brazos desesperados a nuestro alrededor y
alrededor de todo lo que sabemos.