Las colegialas
En este verano sin nubes las muchachas pasean: son las dulces colegialas que andan en bicicleta y contemplan los cielos atómicos. Los navíos anclados en el jardín del colegio quieren partir hacia las salinas, inútilmente, mientras las chicas sueñan en vagancias, picnics virgilianos, coloquios, chismes en las lánguidas tardes sobre un tema doméstico, bailes, juegos, flirteos y deporte por la mañana. Soñando, ellas nacerán; soñando, morirán; mientras, junto a sus cuerpos frágiles como sauces y [ardientes como la respiración de la noche, la tarde nace y enmudece de espanto.
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