Réquiem (2)
i.m. Hans Stephan
No el muro lateral ni el cielo blanco, los gorgojos al fondo y la ruda tan densa. No al final de todas las visiones. No el gajo de limón en los pantanos o el tufo del carburo. No el fofo bamboleo del mosquito donde empieza la selva y la gran confusión. Más bien el rostro amado, esos poros pequeños, piel de playa y brillos de salmuera en el poniente. Un aire muy ligero, sin frituras, la cama bien tendida, las rodillas holgadas, la manta leve y fresca. Las uñas cortas de la mano amada sobre el lomo en pavor de los rebaños. Kyrie eleison Christie eleison Kyrie eleison. Un ciervo azul y calmo como el hielo sea certeza de la resurrección.
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