Material de Lectura

 

Ya no oprimen las cadenas*



Ya no oprimen las cadenas
A los héroes mexicanos,
Ni estandartes castellanos
Tremolan en las almenas;
Un pueblo libre, de hermanos
Es mi patria vencedora;
Nadie gime, nadie llora
Bajo tiránicas leyes,
Ni altiva manda virreyes
La España conquistadora.

El ceñudo encomendero
A los esclavos no azota,
Ni tras la coraza rota
Sangra el pecho del guerrero;
Descansa el bélico acero
En la tranquila heredad,
Y los campos, la ciudad,
Son como el ara divina,
Que esplendoroso ilumina
El sol de la libertad.

Ni rencores al pasado
Ni temores al futuro!
México libre y seguro
Toda ofensa ha perdonado;
Podrá un invasor osado
Querer su cuello oprimir,
Pero si llega a venir,
Patria, no te han de faltar
Hombres que sepan luchar,
Niños que sepan morir!

Cuando de la guerra en nombre
Venga el invasor sañudo,
Cada pecho será escudo,
Cada niño será un hombre.
Ni hay poder que nos asombre,
Ni ánimo que desespere;
¡Hiere, si te place, hiere;
Diremos al invasor,
Que en defensa de su honor
Todo mexicano muere!

Toma, patria, nuestras vidas!
Te las damos cuando empiezan,
Cuando aún por ellas rezan
Nuestras madres tan queridas;
Si por niños nos olvidas,
Quisiéramos avanzar
Nuestro paso en el vivir,
No para saber morir,
Sí para saber matar.

Vuestra grandeza imitamos,
Héroes de la patria historia:
Indignos de vuestra gloría
No seremos ¡lo juramos!
Si hoy apenas nos hallamos
De la vida en los albures,
Imitando vuestros hechos
Defenderán nuestros pechos
La bandera de Dolores!




* El Partido Liberal, 23-9-1886. Ver: Tola de Habich, Fernando, Museo literario dos, México, 1986, pp. 45-46. Líneas antes del comienzo del poema se dice: "Para que el acto, como dicen los cronistas galantes, se cerrara con broche de oro, el niño Vicente Villada, de quien ya hemos hablado elogiando su talento precoz, se adelantó hacia la tribuna y de memoria y declamada, dijo en medio de interrupciones frecuentes, las siguientes décimas que según hemos oído decir, escribió el elegante Duque Job". Manuel Gutiérrez Nájera era redactor de El Partido Liberal y el niño Villada hijo del director del diario. De no ser cierta la afirmación del cronista se hubiera desmentido en algún número posterior, lo cual no sucedió.