Material de Lectura

Nota Introductoria

 

La poesía –así la describió Paul Valéry, "héroe de la lucidez que organiza", como lo llamó Borges– es el paraíso del lenguaje. Con ser una de las descripciones más atractivas y útiles, no es la única, desde luego: también hay otro tipo de aproximaciones, definitorias o descriptivas, a este fenómeno de la cultura y el espíritu –la práctica poética– que ha probado su enorme resistencia frente a las erosiones del tiempo y de la historia. En un libro como Baniano, de Elsa Cross, publicado en 1986 en una coedición del ISSSTE y Editores Mexicanos Unidos, y del cual aparece aquí una selección, descubrimos una vertiente muy diversa de la poesía tal y como la entendía Valéry; otro modo de comprenderla y practicarla. Elsa Cross escribió Baniano para dejar constancia de una serie de transformaciones espirituales. La nota editorial de su libro indicaba "las mutaciones del alma" que constituyen y expresan esta obra. Una obra, por lo tanto, que manifiesta, con una enérgica transparencia, un talante iniciático; más que una preocupación por la dimensión paradisíaca de las palabras.

Entendámonos, sin embargo: lo que hace verdaderamente valioso este libro poético de Elsa Cross, es su enorme cuidado por dar testimonio de una experiencia interior y de hacerlo con las palabras justas. El libro de Elsa Cross, pues, tiene dos ejes maestros: las figuras emblemáticas de un profundo cambio en el espíritu de una persona, en primer lugar; el ámbito artístico en que se exponen los resultados de ese cambio y las vías para manifestarlo o plasmarlo, en un segundo momento. El equilibrio de esta doble inquietud es impresionante de tan perfecto y delicado. Perfección, delicadeza: rasgos paradisíacos.

Es interesante ver y examinar los textos que enmarcan, por así decirlo, los poemas de Baniano. El primer texto es un prólogo de la autora en que refiere, con engañosa sencillez y elegancia, el origen del libro: una estancia de tres meses, hacia el año de 1978, en la India, en el áshram o monasterio de Ganéshpuri –este nombre será también, el de la primera sección de Baniano. Lo que ahí, en Ganéshpuri, le ocurrió a Elsa Cross está contado en unos cuantos párrafos; es la noticia escueta, sin mucho relieve, de esa experiencia con el Gurú Muktananda. El relieve está en los poemas mismos, y no solamente el relieve; también los colores, las vibraciones, los volúmenes, los sonidos, los paisajes íntimos y externos, de esa experiencia iniciática en el áshram. Los últimos textos, los que cierran el volumen, son brevísimas notas que aclaran "nombres, emblemas y figuras que pueblan estos poemas y son en el libro un punto de enlace entre la realidad objetiva y la subjetiva" pues "resultan desconocidos en nuestro contexto". A contracorriente del arraigadísimo prejuicio que postula la impertinencia de "explicar los poemas" –semejante a la impertinencia de explicar los chistes en la conversación–, Elsa Cross se atreve a ponerle este doble marco a su libro: una noticia autobiográfica y un glosario. Así, le da herramientas al lector para comprender cabalmente sus textos poéticos, o por lo menos para acercarse a ellos con elementos que sirvan para su intelección, sin un excesivo sentimiento de extrañeza. o distancia –lejanía de las experiencias culturales de signo distinto, ajenas, acaso cifradas.

Al leer por primera vez el libro de Elsa Cross, escuchaba yo una extraordinaria pieza del compositor y teórico alemán Karlheinz Stockhausen titulada Mantra, igual que la extensa pieza poética con la que concluye Baniano. Eso lo supe hasta que concluí la lectura del libro y me pareció algo mucho más significativo y "grávido de implicaciones", como diría André Bretón, que una coincidencia –pero no voy a decir ahora lo que me pareció.

Este libro de Elsa Cross es una verdadera joya: está lleno de brillos, de durezas y de suavidades, que se van engarzando con ritmos cadenciosos y firmes, como si reflejaran puntualmente los episodios de la experiencia en el áshram de Ganéshpuri. Tengo para mí que estos poemas cuentan entre los mejores que se han escrito en su década en el ámbito de la poesía mexicana. Estas líneas, en fin, sólo quieren invitar a leerlos.

 

David Huerta