Material de Lectura

La rueca de los semblantes

 

Amor para una joven aspirante a poeta

Romanticismo (I)

 

 




Amor para una joven aspirante a poeta

 

En Fontainebleau vida mía
tomaremos unas jarras de cerveza
bajo un parasol (Cinzano) una copita
de curaçao, picaremos niña
unos saladitos (pásame el hueso
de la aceituna). Luego
a trabajar en firme, que se titule el poema
“Fusilamientos de un caballero color siena”
donde haya una dama y su amor que muera
en las guerras napoleónicas. Para
un día de trabajo es suficiente: subamos
en Fontainebleau a la habitación, echémonos
a bosquejar arbolillos pelados a principios
de la primavera, despedidas
bajo palio de los amantes de Teruel, Verona
y con suma grandilocuencia (Vigny) “Jʼaime
la majesté des souffrances humaines
”. Con esta
referencia culta nos llega para seguir
mañana: de momento
las persianas para que haya sombra (igual
que en un buen poema es requisito indispensable
el frescor de la penumbra) y tira
de la campanilla para que la doncella traiga
una copa, alerta
niña que el poeta a tu lado es una
eminencia, coloca
en el flamante carmesí de tu mejilla
un ósculo
y se desata, marcha
más de una legua la infantería por doquier y
Napoléon épouse Marie-Louise, se ejecutan
como racimos en un abrazo.

 


 

Romanticismo (I)

 

Cario amava la sua donna in gelosia. Io amo, io
    amo!

Bestialidad.
No son hojas, polvo los amores: tuercas, bielas.
Puso la retranca el muy farsante y envió a su amada
    a los Alpes Suizos a hacer la cura.
Ella regresó el cutis rozagante, las piernas
    temblorosas.
Su busto y su sombrilla por los bulevares.
Cario amó: su anterior gallardía de sales para el
    desmayo y cigarrillos cayó en desgracia.
En su lugar, ramilletes de margaritas.
Cosa seria: búcaros, el mes de octubre, la primera
    migración de las aves y una tos persistente
    empañando de rojo las cristalerías.
Bochornoso.
Cario cela a Leticia: por los sagrarios, por los
    deambulatorios, al salir de la iglesia por la puerta
    lateral.
Por el futuro.
Mario, mal agüero, pasó por su reja: pétalos, clavel,
    pañuelos.
Lo de siempre.
Oh! si se aman! Oh! si se aman! si se aman!
    (retorcimiento de manos)
Cario amava la sua donna in gelosia.
Ahora sí que perdió prenda: su chaleco un botón
    que cuelga desprendido, la gomina y el té detrás de
    una ventana.