Material de Lectura

Raúl Hernández Novás



Selección y nota introductoria de Norberto Codina



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Nota introductoria


¡Cuánta sed de respuesta divina en tantos versos!

¡Qué preguntarse por el final destino de una piedra solitaria!
Fina García Marruz
(En el homenaje póstumo a Raúl Hernández Novas)


Ya va siendo un lugar común argumentar que Raúl Hernández Novas (La Habana, 1948-1993) es el primer poeta cubano de mi generación. Me atrevo a asegurar, junto a otros lectores y críticos, que es el más sobresaliente surgido después de la llamada generación del cincuenta, igualándose a sus principales figuras. Al hacerse la antología de los imprescindibles del siglo XX cubano (estoy hablando de una lírica que recoge a Eliseo Diego, Lezama Lima, Nicolás Guillén, entre otros ilustres), su nombre debe estar incluido.

El ensayista se da la mano con los mejores de los últimos años en Cuba, pese a la ancilaridad de sus estudios. Allí están sus abordajes medulares a dos poéticas tan distintas y continentales como Vallejo y Paz, o lecturas como la de Manuel Puig pasando por Luis Puenzo, un buen pretexto para develarnos el magma de sus pasiones donde se precipitan el cine, la literatura, la música, Marx y la Biblia.

Como escribió su principal estudioso, Jorge Luis Arcos, posee “una cosmovisión poética enfáticamente materialista”, una “poética materialista y dialéctica” que lo lleva a un trascendentalismo donde se sintetizan sus influencias de la tradición poética cubana (nuestro siglo XIX, Martí, el grupo Orígenes, algunos autores de la generación del cincuenta) y su consciente asimilación de la poesía universal. Confluencias decantadas hasta lograr en media docena de poemarios una suma tan personal e interrelacionada como vasos comunicantes de sus lecturas y su tiempo.

Este hombre solitario y a la vez compenetrado y atormentado con su época, que escribe un poema como “Los ríos de la mañana”, donde muestra la tendencia de un plano cotidiano que recuerda al turco Nazim Hikmet, o cercano a los clásicos de la lengua, cumpliendo a cabalidad la definición juanramoniana de poeta “purista”: “No hay poeta más puro, es decir auténtico, que el poeta fatal”.

Cercano y extraño como la singularidad de sus textos, donde puede seguirse como en un mapa de claroscuros el itinerario de su existencia, puso fecha y sentido a quitarse la vida: “Yo pronto moriré, yo me iré pronto./ Es una idea que he tenido siempre./ Este junio tal vez será diciembre./ Sobre la cuerda no haré más el Tonto.” Por eso excluyó de posibles antologías su discurso más agónico “Sobre el nido del cuco”, temiendo una vez más al desnudo.

Su poesía está atravesada por esos temores de animal melancólico en la bulliciosa fauna caribeña. A los amigos siempre nos sorprendía con la profunda voz de su silencio. Aquí vale recordar lo que Natalia Ginzberg expresó sobre Pavese: “se suicidó por falta de alicientes, por su incapacidad para conquistar la realidad cotidiana”.

Pese a su oficio de hombre triste, de escamotear su enorme corpachón, de mutismo y sombra en aquellas largas tardes de cinéfilo, donde buscaba tregua a su infelicidad como un personaje de Woody Allen pasando de la realidad a la ficción, el destino del poeta no se reducirá al epitafio borgiano de “las dos abstractas fechas y el olvido”.

La palabra, ni pobre ni olvidada, en la alquimia de los días no permitirá que desaparezca el equilibrista.

 


Norberto Codina

 

 


Bibliografía del autor
(Obra poética)

Da capo. La Habana, Ediciones Unión, 1982.
Enigma de las aguas (1967-1971). Prólogo de Cintio Vitier.
    La Habana, Departamento de Actividades Culturales,
    Universidad de La Habana, 1983.
Los ríos de la mañana. Plaquette. La Habana, Premio
    periódico Juventud Rebelde, 1984.
Embajador en el horizonte. La Habana, Editorial Letras
    Cubanas, 1984.
Animal civil. La Habana, Ediciones Unión, 1987.
Al más cercano amigo. La Habana, Editorial Letras
    Cubanas, 1987.
Sonetos a Gelsomina. La Habana, Ediciones Unión, 1991.
Atlas salta. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1995.
Amnios. Antología poética. Prólogo de Jorge Luis Arcos.
    Selección de Jorge Luis Arcos y Norberto Codina.
    La Habana, Ediciones Unión, 1996.
 
 
 


De Da capo


[Esta piedra que ama,...]
[En la nave arqueada,...]
 

“Esta piedra que ama, y aún busca
expresarse por su lodo o su brillo,
esta piedra con lluvia, que escapó
a todo edificio, sumergida
en el trote de las bestias como en un río,
esta piedra en que suena la llanura,
sobre la cual el agua lanza
su queja, esta piedra que el arroyo,
que el viajero maldice con torpe remolino de palabras,
esta piedra dura, barrosa,
pelada, desnuda, oh Gelsomina, tendrá su razón, tendrá
    su cifra
pues si no, qué sería de los astros
y sus órbitas fijas, los enormes ojos de su desconcierto
cuando en la noche le hablan como a pequeña hija…
(En esa piedra tropezó el camino,
en esa piedra que no ama
y está bajo los cielos, ignorante
de todo, asno parado sabiamente.)
Toma esta nube ciega, guárdala en tu mano,
este pedazo de agua dormida, que no puede llorar,
responde a la sonrisa de su brillo
humilde, tenla en cuenta, no la arrojes,
esta piedra que ama, sola, dura,
desnuda, áspera, barrosa,
esta piedra que ama, no la dejes, guárdala en tu mano.
O déjame rodar, y besar tus caminos.”


a M. P. R.

En la nave arqueada, sobre las tranquilas
aguas verdes, fui de nuevo.
                       Era de nuevo el guerrero que viajaba
bajo los párpados, traspasando nubes.
A veces me asomaba para verme verde,
                                  con vestido de algas
jugando con hojas submarinas.
Iba por una pupila, montado en un hipocampo; luego
volvía por cabellos de largas jornadas, por hilos
de noche polar.
En la nave arqueada como una lira.
Sonaban los cordajes, flancos de mujer
se curvaban a ser música, duras velas henchidas
impulsaban la ruta colgada de una estrella.
                                                                Iba.
Era.
      El sillón de ruedas sirve todavía.
                                                      Sobre el puente
es grato ver peces voladores
salir del abismo un segundo irrespirable
para volver a caer en la marea de días
y noches.
                        Los ahogados
saben de esa vasta lentitud giratoria,
de ese pozo verde y oscuro en que descienden
como un rayo de luz.
Es grato ver, tullido, un cielo nuevo,
ilusiones de movimiento en el horizonte inerte.
Pensar que se viaja cuando se está fijo
como un navío en el ojo que cierra el horizonte.
Senos de niebla, caderas que enviaban notas
saladas en forma de gaviotas.
                                                En la proa, una mujer herida.
Ahora vuelvo, vuelvo a los mismos días,
a las mismas noches como un ahogado que desciende,
como un pez ahogado que asciende por el aire
a caer en el cielo.
                                         Ahora vuelvo
por un río muy angosto, sin barca niña de remos
mas bañado de verde.
                                            (Aún recuerdo tu gesto
como de mirar a un ciego, a una música, tu gesto
como de aproximar una flor desnuda al transeúnte
detrás de verdes que no ven.)

Vuelvo en un barco de papel
                                                      y caigo por tus ojos.
Tú acaso no lo sepas,
                                   Isolda.



De Embajador en el horizonte


                                                  But the fool on the hill
                                                  sees the sun going down
                                                  and the eyes in his head
                                                  see the world spinning round
                                                                  Lennon y McCartney
Quién seré sino el tonto que en la agria colina
miraba el sol poniente como viejo achacoso,
miraba el sol muriente como un rey destronado,
el tonto que miraba girar el mundo,
guardando en su rostro las huellas de la noche.
Quién seré sino el tonto de siempre atraído por el mar,
aquel que en el mar feroz dejó su nombre.
Quién sino el tonto que lloraba
y lloraba por el mar, las flores, las muchachas, la esbelta
    luna sonriendo.
Sobre la colina está solo and nobody seems to like him,
pero él ve el mundo moverse a su alrededor,
el sol rebotar como una pelota roja
en el horizonte. El sol tragado por el mar, frío entre
    los peces.
Quién seré sino aquel que ya no mira,
no oye, no palpa, absorto, esas tierras astrales, esos frutos,
las viñas de la realidad, airoso manto.
El que ve la noche descender como un cuerpo
inapresable, el que siente la luna caer sobre sus hombros
como una tela delicada, aquel que en la marisma
jugaba a rey, a payaso, a rey, a oscuro caballo.
Absorto, solo, en la colina, gritando
como loco, bajo los pájaros que emigran
señalando un carcomido rumbo. Yo,
el loco, el tonto que siempre he sido, girando en la burla,
torpe bufón de florida pirueta, riendo,
con dientes podridos, la realidad inapresable
como implacable cuerpo, a nuestro lado, descansando
    en las hierbas
brotadas de los muertos, entre sonrisas de nocturnas flores.
Quién seré, Dios mío, sino el loco tonto, el oso bronco, el
    jorobado torpe,
bufón bailando, reuniendo rumbos entre sus brazos, flores
para una mujer que no existe, quien mira al sol dormirse
    cual tembloroso viejo
y al mundo girar en burla alrededor de sus hombros
    destronados.


De Animal civil


Sobre el nido del cuco
  
I
  II
  III
  IV
  V
  VI
El sol en la nieve
Los ríos de la mañana

Sobre el nido del cuco*


                                  Ellos tienen unas vitrinas y usan unos
                                      zapatos.
                                  En esas vitrinas alternan el maniquí con
                                      el quebrantahuesos disecado,
                                  y todo lo que ha pasado por la frente del
                                      hastío
                                  del búfalo solitario.
                                  Si no miramos la vidriera, charlan
                                  de nuestra insuficiente desnudez que no
                                      vale una estatuilla de Nápoles.
                                  Si la atravesamos y no rompemos los
                                      cristales...
                                                                    José Lezama Lima
                                                      Pensamientos en La Habana

I

En estas tardes medrosas
en que no llama nadie a la puerta
y no suenan los timbres y la casa
es un gran frigorífico lleno de silencio
en estas tardes que gravitan sobre los parques
impidiendo la vida y los juegos
—tardes que pesan como un fardo hiriente
sobre los hombros de la estatua inmóvil—
en medio de esta lluvia que no cae y moja
los huesos tan desnudos en la ausencia de voces
sin nadie en mi experiencia I think of you Billy
yo también pienso en ti Bi Billy
reconstruyendo mis memorias de piedra
tan pesadas como fuente de sangre
y no tengo nada que decirte porque no llama nadie
y no hay nadie en mi experiencia

Quizás jugamos en el mismo parque
un teléfono mudo entre nosotros
un eléctrico hilo que devano temblando
trabajando en la blanca rueca de la distancia
la senda en cuyo fin cae una nieve triste
un vuelo de pájaro callado
un empeño de ave que emigra
viste con tierra de Wisconsin mis huesos al garete
un telegrama que las aves llevan y entre nosotros
no más una vitrina luminosa
que yo atravieso sin romper los vidrios


II

Qué gaviota de azúcar rozó las olas
de aquellos mares de Virginia
donde viaja la barca de los locos
con todos nosotros Billy con todos nosotros
Dios mío somos nada más unos pendejos
somos unos locos en un barco que gira
y echamos velas y anclas y gobernalle al mar
y echamos a suerte el viento enemigo y estamos esperando
esperando a Jaws y Jaws no viene
y no hunde el barco y la ballena blanca
como una tumba de cristal no viene
Mac Mac Mac Dónde te has metido
me has dejado al timón y yo no sé
gobernar esta nave y te escondiste te escondiste with
    candies

pero en vez de ocultarte riendo estabas triste
Por qué dime te escondes con tu dulce
luminoso en los labios y nos dejaste solos por qué hermano
por qué padre nos has dejado solos en esta barca
    de los locos
que no sé gobernar
                             denme el cuaderno
de bitácora que han repasado las sirenas
con esas manos verdes como nubes
con sus manos de algas y jacintos
Y en el cuaderno de bitácora
tras la noche estéril sin dulces y sin juegos
tras el juego soñado without candies
sin la estrella de azúcar en la boca
vacía la piñata de los cielos
y el garrote tierno en nuestras manos el garrote
con que hemos de golpearnos a ciegas sin dar
    con la piñata
poniéndonos el rabo vergonzoso y las orejas del indecible
    burro
sin dar con la pelota redonda como el mundo en el vacío
    estadio
después del halloween lluvioso y de puertas cerradas
(han envenenado los dulces han enterrado agujas
    en las manzanas)
y mudas calabazas sin luz las calabazas de ella
junto a un cuerpo de estrella parpadeante
en el cuaderno en blanco de bitácora
Billy yo escribo ríen como el monarca
tras la noche vacía de sus bodas


III

                   You know
                   If you break my heart I’ll go
                   But I’ll be back again

“Y le llevé las flores y así le dije Would you
marry me anyway? Would you have my baby?

y ella sonrió con labios de caramelo con sus colmillos de
azúcar el ángel vigilaba el telón de las hojas del jardín
soñoliento y yo le dije quieres compartir esta suerte
    la barca sin
estrella mar hiel enamorada”

                         no es usted a quien aman
                                   compréndalo
                             renuncie gentilmente

“Le llevaba unas flores al retablo vacío descorrían las hojas
    su telón soñoliento
una escena una escena el carnaval del mundo
en medio de la turba de feos monigotes
una estrella riendo como un ángel de azúcar
tan sólo un torbellino que la dejara a ella
ángel y marioneta en el jardín del sueño”

                        no es usted a quien aman

“El tablado vacío         seguiría aplaudiendo
las luces se apagaron me quedo sin embargo
siempre hay algo que ver se hizo lo oscuro ahora
vendrán caras extrañas sobre el tablado a ciegas
compréndalo las hojas del telón se cerraron
y cerraron las puertas de la ciudad hiriente”

                             renuncie gentilmente

“Que la siga leal en extramuros
el perro de la casa es un consuelo
ser gozque de su falda el halloween lluvioso
por los lejanos pueblos que la siga llevando
la cántara de llores junto al jardín dormido
velado por el ángel con su espada de fuego
ante el telón cerrado junto al jardín me dijo”

                          no es usted a quien aman
                                   compréndalo
                             renuncie gentilmente

“Lleva el cántaro al río trae el cántaro a casa
llénalo de tu leche la leche de tu piel
las olas de tu pecho hondos cielos de leche
los hilos de tu entraña filamentos de nube
muñeca descosida alada marioneta
escucha esta vasija sus latidos de barro
trae el cántaro a casa lleva el cántaro al río”

                                 “la lecherita ciega
                                 quebró mi corazón”
                                 ...but I’ll be back again


IV

                                             I never lost as much but twice
                                             and that was in the sod
                                                                        Emily Dickinson

Cerré la puerta y dejé el mundo afuera
me recluí intramuros de mí misma
y no había nadie en mi experiencia
y no se lo dije a mi madre
y no se lo dije a mi padre
Cuando cerré la puerta a la tarde vacía de Amherst
y me quedé intramuros los ángeles llegaban recibía
la visita de Walt con sus barbas de nieve
su pecho tormentoso sus regalos
de blanca navidad yo estaba sola
y había perdido y ganado dos veces
todo ocurrió en la tierra y en el césped
sólo llevaba pequeños presentes
a los graves vecinos a mi dueño
dulces pequeñas estrellas de azúcar
y fui dos veces dueña del tesoro
y no se lo dije a mi madre
y no se lo dije a mi padre
y me encerré a morir entre los muros
para guardar avara mi tesoro
sedosos intramuros de mí misma
                                                    Padre
estoy llamando tirándote la puerta

mira mis dedos aún vacíos
de los anillos de la felicidad

y yo gritaba ¡despierta!

                                burglar banker father
                                I am poor once more!


V

                    Someone is knocking at the door
                    Somebody is ringing the bell

                    Someone is knocking at the door
                    Somebody is ringing the bell

                    Open the door

                    Let them in

Billy I have long dreamed without candies

la estrella de azúcar et rien
et rien nada ha pasado
que no lo sepa el padre que no lo sepa madre
ni el maestro y su mujer la señorita
las personas mayores
estoy en la habitación vacía
en el viaje vacío de los locos
en el hueco oscuro del árbol que cruje
como un frigorífico de silencio
Billy crece la sombra
como una marea sin estrellas
y ya está muy oscuro
hello darkness my old friend

Billy yo estoy contigo
¿Vendrá el doctor Noel con sus barbas de nieve
a dejar caramelos en las habitaciones
a abrir los corazones y restañar los cántaros deshechos?
Vendrá a despertar al niño muerto
al que durmió a tu lado without candies?
No hallo las indicaciones señorita enfermera
miss Ratched la enfermera está hablando con su lengua
    de fuego
y de su boca salía una espada aguda de dos filos
una espada de fuego para guardar el camino del árbol

Billy yo estoy contigo
Déjenlo que entre let him in
a la terraza donde están dormidos
a los dormidos los cuidará quejoso
se agrupará la mañana helada en terrones de azúcar

                   Let the sunshine
                   Let the sunshine in
                         the sunshine in

Alguien está tocando a la puerta
a la puerta cubierto de rocío
pasa las noches del invierno
Open the door
Let him in


Billy un teléfono mudo entre nosotros
estás sangrando en el manicomio helado
Let it be Let it bleed
déjenlo déjenlo que sangre
y que su sangre abrigue al mundo
Let him bleed que hable su corazón por la herida
con sílabas de sangre
con que ha de convencer al mundo
y ha de vencer al mundo
y mellar la espada del ángel
la espada de la boca de miss Ratched
Let it be        let him bleed

Billy yo estoy contigo
tú estás bajo la nieve yo en mi cuarto
yo estoy con los dormidos without candies
ruedan mis ojos por la nieve
es una blanca estepa ¿se da cuenta?
allí vi a un conocido y lo detuve
                           gritándole ¡Hernández!
rueda la nieve en pelotas que no hemos de golpear
muñeca de la nieve como blanca mujer
en pelotas que no hemos de acertar
que no hemos de acertar con nuestros leños
en este juego en el vacío estadio
las pelotas fantásticas de nieve
blancas esferas de algodón dulce
y no podremos romper la piñata del cielo
para que caigan las estrellas de azúcar

Billy yo estoy contigo
en la tarde medrosa y vacía donde no suenan timbres
en el juego vacío donde no acude nadie
en el cuarto vacío donde todos dormimos sin dulces
    con pastillas
en la barca vacía de los locos que gira como el mundo
en la noche vacía de las bodas del rey
en la casa callada como un gran frigorífico vacío
en el parque vacío donde la tarde abruma los hombros de la
    estatua
Billy yo estoy contigo yo estoy contigo madre
padre yo estoy contigo
                                río manzanares
yo estoy contigo
señorita Ratched
                          déjame pasar
entremos todos juntos
                                let us in
             Alguien está tocando a la puerta
             Alguien está sonando el timbre

             Alguien está tocando a la puerta
             Alguien está sonando el timbre

             Abran la puerta

             Déjenlos entrar


VI

                          Como sueñan humillamos repitiendo día y
                          noche con el ritmo de la tortuga que oculta
                          el tiempo en su espaldar: ustedes no decidieron
                          que el ser habitase en el hombre...
                          Como quieren humillarnos les decimos
                          athe chief of the tribe descended the staircse.

                          ....

                          Ellos que cargan con sus maniquíes a todos
                          los puertos y que hunden en sus baúles un
                          chirriar de vultúridos disecados Ellos no
                          quieren saber que trepamos por las raíces
                          húmedas del helecho... y que aunque
                          mastiquemos su estilo we don’t chose
                          our shoes in a show-window.

                                                    José Lezama Lima:
                                                    “Pensamientos en La Habana”


        Let us enter the tree
        Let us enter the room
        Let us enter the garden

Romped la sórdida vitrina
Quitad al ángel de la puerta
con su espada flamígera
                       la tierra será el paraíso
el guardián a la puerta de la ley
poned en su lugar al cherokee de roble
con la frente de hastío del búfalo diezmado
                    y vio en sueños una escala
el jefe de la tribu descenderá la escala
porque no entre el ángel de exterminio
con su lengua neutrónica de fuego
que crezca el Gran Teatro de Oklahoma
para cubrir para abrigar al mundo
como la sangre cálida del tonto en la colina
y en la muralla china otra Torre de Babel
para escalar el árbol de la vida
para tocar las barbas de nieve del cielo
como el pecho finísimo de Walt
la hierba perfumada de los muertos
Venga Noel a repartir regalos
dulces de miel a las habitaciones
a reparar los viejos corazones
de hiriente maquinaria enmohecida
y a restañar los cántaros deshechos
Somos los humillados los pendejos
Los abalorios que nos han regalado
han fortalecido nuestra propia miseria
Somos los parias íngrimos del mundo
                 ah look at all the lonely people
los descosidos los amarrados los ateridos
trepamos por las raíces del helecho
no escogemos nuestros zapatos en una vitrina
nuestra alma no está en un cenicero
aquí estamos los negros y los indios
a la puerta cubiertos de rocío
allí vi a un conocido y lo detuve
                                      gritándole ¡Billy!
somos un tal chatterjee un tal hernández
somos un tal zuzuki un tal kuusinen
un tal jones un tal müller un tal nguyen
Aquí estamos todos los negros
que no venimos a rogar
                                   Estamos
llamando tirándote la puerta

                  y yo gritaba ¡despierta!

        Let us in
                      Let us in
                                   Don’t worry
                                       Billy


                     Te enviaré un telegrama con las
                 aves
                 viajeras:
                              Romperemos la piñata
                   del cielo
                          Y habrá estrellas para todos

 

7 de noviembre de 1982

 



* El poema se basa libremente en imágenes y caracteres del filme One Flew over the Cuckoo’s Nest (o Atrapado sin salida), de Milos Forman. (N. del A.)






El sol en la nieve

                                                Murió el pobre poeta, y no lo
                                                llegamos a conocer.

                                                                              José Martí

La Patria radiante estaba entre la nieve muda
y la Patria sufriente oía con hastío el verdor eterno.
La Patria musculosa escuchaba el trueno de un torrente bajo
    una estrella desterrada
y la Patria canija bebía su copa de cielo gris de París
    en un ajenjo.
La Patria enamorada latía oscura en su destierro
y la Patria impotente en su destierro contemplaba el mismo
    cielo azul sobre la misma nieve verde.
La Patria del destierro torcía enraizada su honda hoja
    de tabaco
y la Patria desterrada en sí misma contemplaba ciega
    el sedoso susurro de frondas.
Y la Patria desterrada llamaba al sol de la Patria
    sin tierra
y la Patria sin tierra clamaba por la nieve del destierro.
La Patria viviente quiso fundir en un gran sol a la
    Patria agonizante
¿quiso la Patria agonizante asirse al gran sol como al asa
    de una eterna posesión?

Padre padre aquí estoy yo íntimo y desnudo
yo todos los que te han amado y han sufrido
y todos los que vagaron solos
como un ejército en derrota
esperan al padre que ha de venir
para fundirme a él en un abrazo
quizá también a mí me diga
                                           hijo
Padre padre qué lento hastío
qué extraño sufrimiento
fue extraño estar solo y extraño
no tener almohada donde reposar
ni piedra de sueño
Tú me veías desde un torrente
yo te esperaba en la nieve de ala tierna
que llueve como una bendición
Juntos juntos los dos bajo un cielo
Nos agriamos en vez de amarnos
Yo con mis pies cansados tú con el
pensamiento de mármol de tu frente
Nos encelamos en vez de abrir vía juntos
Juntos los dos sobre la tierra sangrante
entre la fronda roja y el fruto
que escondía una luz vaticinada
Padre padre qué largo camino
                                             Yo los junto
Yo los junto               Los dos se abrazan
La Patria estaba entre la nieve oyendo el trueno del torrente
    respirando el aire frío que seca la palma deliciosa.
La Patria comulgaba su estrella ajenjo como hostia
    sangrante en el cafetucho hostil.
La Patria entre la nieve llamaba a sus guerreros recogía
    la magra moneda del sudor.
La Patria entre las frondas escuchaba vagos ruidos
    de otro mundo vago y gris.
La Patria agonizaba en la sombra. La Patria moría cara
    al sol.
La Patria esperaba a la Patria que viniera a salvarla
    de su abismo.

Los ríos de la mañana
 


Amanece con la luz amanece

Y los macheteros se levantan
y toman el café de la mañana
y las madres de la Plaza de Mayo se levantan
y las abuelas de la Plaza de Mayo se levantan
componen sus huesos y sus rostros
y se aprestan a esperar eternamente
como un mudo grito señas del retrato conocido
    del corazón
y en Guanacaste el campesino se levanta
a llevar sus pintadas carretas al mercado
y en Cochabamba el obrero de cobre se levanta
y en Aden y en Huambo y en Harar el joven cubano
    se levanta
quizás añore la unción del café de húmeda tierra
pero el sol es el mismo para todos los hombres
y en su casucha el hombre que muere en Madrás
    en la Costa de Marfil se levanta
el hombre que muere su vida sangrante acumulada
en la mirada de ojos azorados como el hambre
y el monje esquelético del Ganges se levanta y reza
y el bonzo de Hanoi se levanta con recuerdos llameantes
reza porque no venga otra vez la bomba sombría
y el obrero y el soldado y el campesino en Vietnam
    se levantan
aunque su día es nuestra noche y su noche es nuestro día
de modo que cuando dormimos ellos velan
para que nadie duerma y la sombra no olfatee las rendijas
y en Morazán y en Verapaz y en Namibia y en el Sahara
    los guerrilleros se levantan
porque dormir le es dado a todo hombre
ahuyentan de sus párpados
las telarañas legañosas del sueño
y en Ciego de Ávila y en Kursk y en Lobito hay un
hombre que no ha dormido y aún se levanta un hombre que
    ha velado porque los otros duerman
en paz y ningún viento errado encrespe su respiración
    sin orilla
y el constructor del Baikal-Amur se levanta
para seguir uniendo con un hilo férreo las entrañas del
    hombre
y los pedazos de la tierra rota por la helada
Los hombres se levantan y entonces amanece
amanece amanece sobre las canciones
que hablan del río blando y sin fin que no retrocede
y un nuevo día se ha agregado a la muchedumbre de los días
como ola de un mar de espuma de segundos
también sin duda el asesino se levanta pero no importa
es una noche más que ha borrado el recuerdo de otras
    noches sufrientes
también sin duda el banquero y los coroneles se
    levantan pero no importa
porque el sol fluye con la mansedumbre de un buey de agua
y gira el mundo y las sombras de ojos callados son abolidas
Amanece

obrero de Moa que vigilas tu rebaño de máquinas
pastor de Mongolia que empujas tu río lanar espumante
guerrillero polisario aferrado con uñas y dientes a la piel
    rugosa del desierto
machetero de Las Tunas que vas y vienes entre batallas
    vegetales con el viento y columnas altas y dulces y
    aguerridas
sindicalista que en Corrientes te detienes a prender un
    cigarrillo y con él el día
guerrillero quiché que acaricias la alada esmeralda y velas
    por sus hijos redondos
esclavo del estaño que desciendes a la noche metálica
joven con tu fusil en el Guazapa velándole el sueño al volcán
    callado
llanero que impulsas las cicatrices de los ríos al compás
    de tu cuatro de pequeña cintura vidente
habitador andino de la altura donde el cóndor erige su vuelo
    lacerante
soldado fronterizo vietnamita que detienes al tigre amarillo
campesino del Yang-Tsé con tu roja conciencia de masa
    y tus manos y ojos trabajosos
recién desempleado de New Jersey en cuyo rostro
    empieza a crecer la barba de Lincoln
hermosa joven de la ciudad de Ho que fuiste prostituta y hoy
    reeducas el viento tierno de tus miembros y de tu espíritu
hombre de Hiroshima con una llaga en forma de hongo
    sobre la piel indefensa
poeta que encuentras oscuro el día y sales a tu ómnibus
    cotidiano como arrastrando una sarta de pasadas palomas
soldado angolano de semen enterrado que detienes el pecho
    racista
doctor de Phnom Pehn que conociste la bestia del horror y la
    esclavitud sin reposo y el hambre
campesino de Senegal de Zaire sin razones para vestir
    tu hueso a flor de piel a flor de amor
guerrillero palestino desterrado en la diáspora de sangre
obrero negro de Sudáfrica que en tu carnet enseñas
    una afilada sonrisa
joven que has visto al coloso calvo y desnudo al Momotombo
    que callado retumba sin espantar las garzas blancas
    de Darío
maestro cubano de Estelí de Zelaya que unes tu corazón
    de letras a los ojos no abiertos por los libros
todos confirman con sus párpados la lenta luz que nace
Amanece en la luz amanece
Y más de un hombre no ha dormido y más de un hombre
durmió y ya no despertará y más de un hombre despierta
    en la mazmorra
y hasta los secuestrados y desaparecidos despiertan
y hasta los muertos despiertan con el canto de los ríos como
    la gruesa voz negra de Robeson
el canto humilde del río que no retrocede
y va de menos a más y no puede detenerse
el canto humilde el canto rodado en el pecho del río
que guarda un huevo de esperanza para vosotros hombres
un canto que se abre por fin en la luz empecinada
    que amanece

julio de 1982



 



De Sonetos a Gelsomina


¿Ya?

La tarde apenas 
Riesgos del equilibrista





¿Ya?
 
Angkor dormido en su profunda selva,
Chartres de luz extática y divina,
esa otra catedral de Palestrina,
Volver
y Cuesta abajo y Madreselva,

el ruiseñor de Keats, la enajenada
canción de Gretchen arrullando al hijo,
el libro insomne en que Jesús nos dijo:
“no he venido a traer paz, sino espada”,

el libro capital donde el proyecto
vive de un mundo nuevo y de otro modo,
dudoso Hamlet y Macbeth abyecto,

Bach y Beethoven y los Beatles... Todo
cuanto has fraguado, mi antropoide erecto,
¿habrá, tan pronto, de envidiar al lodo?

La tarde apenas

 

La tarde apenas entra a la callada
casa, con paso tímido que ignora
el frío y la nostalgia de esta hora
nebulosa que suena a madrugada.

Afuera el viento anima la pesada
fronda, pasan los autos, enamora
el pájaro fundido a la sonora
ronda de niños bajo la enramada.

Entre el rumor cansado que la hermana
mueve junto al hogar, papá ha callado
como s entrarán los futuros días.

Hay un ladrón que fuerza una ventana
abierta. Ya no estás a nuestro lado,
mamá, ni alzas tu luz, como solías.

agosto de 1985

 


Riesgos del equilibrista
 
Yo pronto moriré, yo me iré pronto.
Es una idea que he tenido siempre.
Este junio tal vez será diciembre.
Sobre la cuerda no haré más el Tonto.

No andaré mucho más sobre este hilo
que me levanta de la tierra hambrienta,
lejos, tan lejos de su lid sangrienta,
como sobre un alado y cauto filo.

¿Cómo podrá el funámbulo un asilo
cavarse en aire, eterno, de manera
que sobre el hilo nazca, viva y muera?

Mas aquellos que van entre la guerra
de abajo, también marchan sobre un hilo,
y con igual traspié caerán a tierra.