Material de Lectura

 

DÍA VEINTIOCHO
FINAL
 

Mañana. Acaso el sol golpea en dos ventanas que
     entran en erupción.
Antes salen los indios que pasan al mercado tiritando con
     todo el trópico a la espalda.
Y aún antes
los amantes se miran y se ven tan ajenos que se vuelven
     la espalda.

Antes aún
ese ángel de la guarda que se duerme borracho mientras
     allí a la vuelta matan a su pupilo:
¿Qué va a llevar más que el puñal del grito último a su
     Amo?
¿Qué va a mentir?

“Lo hiciste cieno y vuelve humo pues ardió como Te
     amo.”

Tal vez mañana el sol en mis ojos sin nadie,
tal vez mañana el sol,
tal vez mañana,
tal vez.

 

Bogotá, 1942.