Material de Lectura

Travesía en rojo
 

El rojo afán de mi tristeza
navega su nuevo itinerario,
invitando a todo el complejo circundante.

La participación resulta inevitable,
y la falacia patética de Ruskin
se cumple feliz y locamente
mientras mi luto enrojecido
conflagra árboles y aves,
céspedes humildes,
ondulaciones y trinos.

¡Qué verdor sombrío y ensimismado!
Todo un querer subir a espacios improbables
se desmorona en quiebros de arena fugitiva.
Ricos trozos de naturaleza,
compactas piedras desleídas,
maderas álgidas en medio del verano,
un reino completísimo de insectos y de flores
sufre su ciclo breve y repetido
como deseando condensar su esencia
para llamarse muerte en carne viva,
y, fértil rito, ofrece un constante grito
que se aúna con el terremoto,
con la tempestad y con la tromba,
con el alud, con el relámpago feroz
que invaden, que habitan y pululan
mi alma decididamente en ruinas,
mi pobre alma cuyo afán vacila,
se hunde en el abismo de sí misma
por ser tristeza y luto enrojecidos.