Sueños (cavilaciones)
Fragmento 1 Hace algunas noches soñé con Quevedo: multiplicado, su imagen severa rompía los espejos. Don Francisco le decía yo y él parecía más sensible que airado más moderno que conceptista, no usaba sus cristales pedregosos ni su notoria irritación; me atraía en él cierto dejo burlón y nada (sorprendentemente) epigramático en sus frases perfectas. Del modo como hablaba quería acumular efectos (algo patéticos) y dedicatorias: a los desamparados, decía, a los que van a morir a los decapitados a los que hurgan en los desperdicios de la vida y de la historia. Yo sentí que hablaba de nosotros me involucré. Y sin concluir, su gesto se hacía ampuloso como si todo quedara dicho. Fragmento 2 Sacando fuerzas de no sé dónde tanta era mi admiración repliqué: es la inteligencia quien le habla a la callada pero no en las cortes diurnas, es en el sueño, ahí la callada se digna responderle, se comunican y entienden su brindis. Don Francisco se enojó y como quien hace una aclaración de una vez y para siempre escribió: inconsciente y muerte se revelan sus plazos un convenio entre ellos es posible aunque todos saben (sonrió) que tramposos y engañadores sólo ahí hablan la verdad ponen sus cartas sobre la mesa y a ti lo que es tuyo lo que es mío a mí. Fragmento 3 Quedé azorado atrapado y sumiso, rendido; yo quería decirle ¡pero Señor! yo no tengo respuesta, sólo pienso en lo que todos dicen acerca del horizonte, el horizonte (todos dicen) no está ya más allá sino acá ha entrado por la ventana y está en la habitación que no puede expulsarlo y debe admitirlo; en ese caso, en qué va a consistir mirar afuera, en qué tiempo y espacio. Pero no le dije nada.
en la indigencia (oda frágil)
Fragmento 1. El trapecista Paso de la desdicha a la extrema felicidad sin transición pero transando casi sin vibración es su pasaje o mejor con la vibración final al final esto me pasa en esta época tiempo raro de extrañas transmisiones qué poder qué energía qué trabajos me llevan de aquí allá me recuperan la línea que va de la pena a la alegría es (pienso) como un trapecista que aéreo une cóncavo cielo con atractivo suelo sobre el aplauso vida en el suspiro muerte. Fragmento 4. Un encendido carmín Paso de la desdicha a la felicidad y es como si pasaran retumbando tropas victoriosas por donde ya nadie lo esperaría desfiladero asolado y solo monte seco monte pardo en el que va un como carmín prendido.
Lo que se agazapa bajo la nube (canto fúnebre)
Fragmento 1. El velorio Cuando alguien —un quídam— desaparece pero aún está presente de su “cuerpo presente” puesto que todo lo suyo volátil se supone que fue expelido y, últimamente, suspirado y su cuerpo pálido a la luz deficiente de los velones que no gimen como antaño el consumo de su cera o de los voltios avaros de cirios fingidos (que señalan que la muerte no es eterna ni una solemnidad sino un acto social sometido al progreso) y su cuerpo muestra con pasiva vehemencia compasivamente el tránsito entonces surgen los filósofos los filónecros sacudiendo las cabezas gravemente afirman “ley es de la vida” o bien, más cultos “sic transit gloria mundi” o bien más contenidos “no hay palabras” “todo está dicho” ausencia es presencia de lo que nunca más nadie ni nada ni nunca para siempre del todo Fragmento 2. Nacimiento de la filosofía Todos los filósofos ahí asistentes aportan esa frase un algo que a veces es un trazo un escorzo una microponencia en el Congreso trivial de la muerte rasgos concurrentes que hacen nacer al FILÓSOFO necróparo y como se dijo filónecro hijo de la violencia y de las sombras figura que construye su morada aforísticamente o su morada de aforismos en el exterior de las sombras que son dramáticamente EL OTRO lo filosofable.
Una puerta se abrió para su paso (conjetura)
Fragmento 1. La bomba El hombre saca su llave pone su llave donde hay que ponerla debe ser la madrugada las dos dos y media ligera soledad abruma levemente sus gestos es un caballero que regresa de una fiesta imágenes tenaces vibran todavía en su mente en su cansancio del cuerpo y cosa inesperada explota una bomba que impide el ingreso a la casa silenciosa caliente ataúd contra la melancolía. Fragmento 2. No era una bomba Pero por qué ver la situación de esta manera triste lúgubre diría y sonora puede también suceder que no teniendo enemigo alguno corrupción ninguna proveniente de otro cuerpo tranquila en esa época la sociedad haga girar la llave y suceda cosa deseable que la puerta se abra con un crujido si es necesario en ese caso está salvado el caballero logró huir de la noche amenazante como si huyera decepcionado de la voluntad y la ilusión del poder.
No esperes de mí (profecía)
Será la tarde gris será una pena de color similar será Cardenal en su isla de caimanes esmaltada y violeta todo me induce a proclamar que no esperes de mí una vida eterna un buen día te lo aseguro me voy a morir y también tú y vos y españoles y franceses y el propio Cardenal mi hermano a pesar de su soledad.
Verrà e avrà i tuoi occhi (consolación)
Fragmento 1. Está un poco vieja La muerte debe intentar el camino de la persuasión; hasta ahora llegó brutalmente se instaló copó la partida pocas veces serenamente pidió permiso con lentitud sin esa impaciencia ese ya ya tan crujiente tan poco soportable debe intentar la persuasión es lo único que le queda [por hacer] no tiene otro camino es un consejo no es una máscara engañosa una negación y aunque otra es su verdad se entiende que hay que consolarla últimamente está sin trabajo y además un poco vieja la temporada no ha empezado esta vez el verano duró y duró no se termina nunca y en las cabañas los fuegos no se encienden todavía.
La ironía está en derrota (noticia)
Fragmento 1. Se ciernen amenazas sobre la inocencia La daga azul de la ironía no es como el pellizco de la inocencia porque perdió el conceptismo era buena y envidiada en épocas de Lorenzo llamado el Magnífico aunque debía ser un esclavo de su propia imagen. La inocencia en cambio cura las heridas y aun las previene resiste cinco mil voltios en el lecho del dolor que se llama la tortura equivale a cinco millones de unidades de nux vómica cuando la salmonella aprieta su dogal. La ironía melló en cambio su daga pretendió demasiado y ahora se quedó sin corazón estaba en todas partes queriendo saberlo todo y ahora como una divorciada espantosa y tardía sólo puede distenderse en el campo freudiano no en el campo de la batalla de la vida. Fragmento 4. Aparece la indiferencia Pero que la inocencia no sonría en su triunfo dentro de poco le llegará el turno ya la están aguardando en la vuelta de la esquina de la vida la acechan le envidian su triunfo le van a arrebatar el trono y ya no se sabrá quién es quién quién el advenedizo quién el usurpador es la indiferencia con su manto y sus esporas como un niño que aprende sus lecciones se prepara alguien la va a descubrir alguien la va a lanzar previamente cosmetizada levemente vestida.
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