Magna voluptas
Enciende en la obsidiana de tus ojos La mirada más tierna y más amante, Y matiza el marfil de tu semblante Con la lumbre solar de tus sonrojos. Cierra tus brazos nítidos y flojos En torno de mi cuello palpitante, Y restrega en mi pecho jadeante Tus pezones coléricos y rojos. Mírame dulcemente, dulcemente, Destilando tu beso disolvente Y sonoro en mi labio que se inclina, Y déjame chupar tu lengua untuosa Que exacerba mi fiebre voluptuosa Y me tienta como una golosina.
[1901] De Poemas no coleccionados
|