Confabulación
Fue la confabulación de la noche y del día: La noche, con sus sueños isómeros de ensueños con aquella vaguedad de un anhelar al despertar; con aquella casa que cultivó una rosa florecida en olor de santidad. Y el día: El día, con su prelacía matutina; con su cortina de tafetán bien restirado y transparente; con la sugerente soledad de la calle; con sus silencios y sus neblinas; con lo ralo de su luz, y el detalle de la cruz de la Capilla cuajada de golondrinas. Mañanera dualidad en que convergen vértices de suavidad. Mariposa que ronda el perfume de la rosa, y que en ella no se posa, fórmulas de vaguedad; síntesis del corazón; fábula callada y una: Fábula, secuencia de una confabulación.
(De mi libro de horas)
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