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los países inquietos también habrán de quedarse calmos luego de muchos sueños dios de los sueños muerto o vivo mi ciempiés nocturno la plena selva ha de rodearme con grandes nubes y destellos una tarde mía en el olvido en mi día aún por segar. De Aire...
dragón celeste Vibran tímpanos— tañidos por violetas azules. ¿Escuchaste escopetas en la noche, perteneces a los parias nocturnos? Las piedras rotas lloran un tornado de lágrimas de sal y pimienta porque el mensajero tiene sudor de cadáver. Que el...
dejan encendidos hasta el alba; arriba el día me amenaza con el frío ensangrentado de su aurora y no sabré el final de ese nocturno que empezaba a dibujarme, ni las estrellas me dirán cuál fue, cabal, mi nombre. Ni mi rostro. Si no es amor, ¿qué es esto...
¡Cierra los ojos! El cielo está tan alto, y en la porfiada cacería de estrellas la masa de la luz busca la aurora. Mas el nocturno espacio es más radiante que el espacio del día tan alevoso. En la noche se escuchan los sonidos como si no existiera la...
me sumergían en un estado astral. Cuando la abuela soltaba el golpe mi escenario se volvía un cielo completo, siempre nocturno y estrellado, con algo de perverso y de santo. Perverso y santo como las noches en que ondeaba mis caderas de espalda al mar,...
rotas” de “palacios humillados, / fuentes sin agua, / afrentados frontispicios”, que ve entre sueños Octavio Paz en el Nocturno de San Ildefonso; la ciudad “...que tiene una corteza, algunos bosques / y ciento cincuenta cementerios / para más o menos...
Anamari Gomíshttps://materialdelectura.unam.mx/cuento-contemporaneo/407-anamari-gomis
mano con el hocico. El galgo le saltaba de gusto, como si se dispusiera el hombre a llevarlo a pasear. Comenzaba el jaleo nocturno. Su mujer lo besaba al entrar a la casa, acariciaba a los perros, veía a los hijos, preguntaba quién había telefoneado y...
Mauricio Molinahttps://materialdelectura.unam.mx/cuento-contemporaneo/410-mauricio-molina
soñaba con los ojos abiertos, Mauricio vio los ojos insomnes de Borunda. El licenciado estaba en una calle del silencio nocturno tomando una botella de mezcal. Entonces vio a la Coatlicue. La diosa estaba recargada, a un lado de la Catedral, mirando...