Lo que no me tiene en cuenta
Lo huidizo y permanente
Se juntan dos cuerpos y el alba es el leopardo.
Mi quebranto
Salta a la faz del juglar;
Si entras o sales
Turba el eco
Una aureola densa;
Si piensas,
Llama en diversas direcciones la tempestad;
Si miras,
Tiembla el fósforo;
Si vivo,
Vivo en la memoria.
Mis piernas desembocan en el callejón sin luz.
Hablo al que fui, ya en mi
regreso.
Sólo me toco al través
con el revés
del ramaje de fuego.
Por ti, mi ausente
Oigo el mar a cinco
pasos de mi corazón,
Y la carne es mi corazón
a quien roza mi antaño.
Si entras o sales,
Vuelve al amor la confidencia del amor.
Dime
Si quiebro con los años
un arcoíris;
Dime
Si la edad madura es fruto vano;
La mujer agita un saco en el aire enrarecido
Baja a la arena y corre en el océano;
Al amanecer,
Por ti,
mi ausente,
La crisálida en forma de rosa
Una rosa de agua pura es la tiniebla.
IV
En el lecho se cierra el mundo. O se abre. O se atisba con
las chimeneas azules y las ventanas. Oh astros muertos
que veo erguidos, besos en los pasillos y en los vagones,
sombras que escucho. Esto que mira el sol y se prolonga
en el río es la bocina del viento. La noche intacta del sexo
es una víbora en el cuello. Al derramarse esa agua primera
nos acepta el tiempo, un instante. Palpo sin medida tu
cicatriz. Húndete en un abrazo conmigo, aunque te
reclame otro lugar. Estoy por una razón misteriosa con la
evidencia de tu carne, mientras sin comienzo ni fin doy
vueltas en el gran zumbido.
XI
Si vuelvo a la mujer, y comienzo por el pezón que me trae
desde su valle profundo, y recupero así mi hogar en el
blanco desierto y en la fuente mágica.
Si alzando los brazos, corto la luna.
Si pregunto: ¿y nuestro amor?
Si ella y yo nos encontramos muy ufanos.
Si la mujer sensible se inclina de nuevo a la tierra, Estrella
cálida, azul y azur.
Si se detiene bajo la lluvia, inmóvil, más inmóvil que todos
los siglos reunidos en una cáscara vacía.
Si en la grey estamos de paso y vamos aprisa. Si la
vida teje la trama ilusoria. Si es difícil en las
condiciones en que trabajo, ser la compañía de nadie.
Sin fingir y sin apoyo en las varillas mágicas de la loba,
no olvidas comenzar por el pezón.
Si con el mismo ojo del precioso líquido que es la tarea
de las nubes.
Si son desenvueltas mis maneras me pesa el habla.
Si no nos pillan.
Si salgo en lugar de los pensamientos.
Si borro el brote difuso en mi desvelo.
Si hace frío, si la mañana es clara.
Si vuelvo a ti, si muero, si renazco en ti.
Sí, en el interior; es mi promesa. Si esta irisada raya,
relámpago súbito, oh Solo de sed.