Tú que bien conoces el acto de llorar Comprometido en las confusiones del mental dolor “En medio del camino de tu vida te has encontrado entre la selva oscura” Hijo mío no obstante feliz Yo te traigo la paz La paz que tu alma inexplorada contiene profundidad del mar Las calmas No turbadas por obsesión de muerte ni siquiera rosadas Y las alegrías que se van hacia el fin de ti mismo Allá donde es cantada tu alabanza Y se elevan en paisajes de vida y de calor Conmigo tu Dios el que habla en lo interior de cada ser Soy tu Palabra Santa tu Dicha.
Mozart
A Ti cuando yo escuchaba tu arco iris de verano: La dicha comienza ahí a mitad de la altura de los aires Ahí las espadas de la pesadumbre De mil efusiones se recubren de nubes y de pájaros. Por dar placer al día La hoz dejó una anémona en el prado, Nostalgia liberada ternura tan amarga Conoce usted Salzburgo a las seis en verano Temblor placer una nube se bebe el sol poniente. Temblor —en Salzburgo en verano Oh divina alegría tú morirás cautiva oh inventada juventud Pero un solo día rodea aún estas colinas verdaderas Ha llovido, fin de tormenta. Oh divina alegría Apacigua a esa gente que por todo el mundo cierra los ojos en las salas de concierto.
Magia
Tú eres mi dolor mi miedo mi amor Oh imaginación Eres tú mi verdugo oh libro en el que yo traduje Montaña río pájaro Mi miseria eres tú oh confesión. Así hablaba el poeta decaído Desgarrando su libro en el medio de ciudades humanas Pero su otra voz colmada de un murmullo de sauces Respondiole Oh desgraciado libro oh poema fallido Error error siempre será de aquel que aún no logró hacerlo. Oh tú mi último bastión mi fortaleza Contra el ejército de infieles Afuera sólo hay ruinas y adentro tú mi lugar mi sagrado recinto. ¿Habría el Demonio errado de verdad en todo lo que quiso? Y qué es aquello que el Demonio quiere— Un libro Respondía su voz a la que un antiguo ciprés solar iluminaba, El tuyo el mío o el otro, Los que fueron escritos por dictado. Y los pájaros cantaron muchas veces en el cielo. Y he aquí que el poeta otra vez esclarecido Recogió los fragmentos del libro, se hizo ciego de nuevo e invisible Se quedó sin familia, escribió la palabra la primera palabra del libro.
[Noble altiva melancolía...]
Noble altiva melancolía, altura sonrisa y libertad Te he al fin encontrado en la ribera de mi corazón Una tarde en que la mar invade Regiones montañosas Una tarde en la que se es más joven que su propia juventud Una tarde en la que se ha sufrido mucho pero en la que ya nada Ya nada es vano, ya nada es destinado a la ceniza.
[El hombre rogaba...]
El hombre rogaba y giraba la tierra Pero él no hablaba al viento, pero él no hablaba al muro O a la nieve del invierno último— No te vayas: así rogaba el hombre Y no estaba seguro de que nada hubiera atrás Para escuchar— Un Ángel no obstante replegó sus alas Porque la hora aún no era venida
La prisión
Un hombre estaba preso Entre malignos muros sofocado Borrarlos hubiese querido olvidarlos Los muros llevaban hasta él todo el hastío de las cosas Los variados monstruos de su pasado Domesticarlos hubiese querido los monstruos gesticulaban como bestias Y se acercaban Y le hablaban Pronto él no tendría sino el espacio de su cuerpo Un sudario de piedra Pronto ellos harían estallar su cuerpo y después el corazón de su cuerpo. Un Ángel sobrevino, apartó las murallas El sol se vio de nuevo el mundo ilimitado.
Infiernos
Es el silo sangrante, la joven Aurora Búscanse el uno el otro y todos para gozar búscanse y para identificarse Los Hijos reunidos matan al Padre y he ahí la Fraternidad Venus surge del mar Chorreante dura y ataviada de sólo sus cabellos La fornicación obsede al cielo azul Y Cristo ha nacido del corazón De esos negros corazones forma un cortejo de Esposo El Cristo es muerto nosotros luchamos para siempre.
Retorno de cielo
Yo aseguro que ellos desaparecerán: se verá la flor del loto Brotar del corazón de cada uno de ellos o el clavel o la rosa de Francia, Los escurrimientos la enorme paz de las estrellas Pasarán, después será de día Semejante a una virgen armada así será la luz ¡El retorno! Y esta vez hemos aquí nacido Para ser alegres como Titania.
Amarillo
Las colinas tienen dulzuras espantosas Allí mide el transeúnte sus antiguos pecados ¿Quién puede apreciar su vegetación Y resistir su lascivo movimiento de caderas? Una incertidumbre desciende con la noche En el corazón de las propiedades los eucaliptos cantan, El sol es siempre el mismo en el poniente Y extenuado el transeúnte ha de mirar Él ha nacido para mirar siempre el poniente.
La virginidad que vuelve
Su seno había crecido en los últimos tiempos Su cuerpo era nuevo a mis ojos, su alma partió como una loca hacia las nubes Las pesadeces de su torso no han sido consagradas Para el amor de hombre y de mujer ¿Sus deseos no vienen de su infancia Vía Láctea no está acostada ella en la noche sin viento? He reconocido que estaba segura, su desnudez intacta Y que su alma era semejante a sus manos y que el agua sobre ella corría para lavarla, Y que los olores subían y que la luz callaba. Una voz me aseguró que era del todo virgen De su dulzura en fin ella estaba encantada.
[Mi señor]
Mi señor Si prefieres no escuchar ya esta voz que ha cruzado el desierto Si prefieres sonreír sin tener ya piedad De estos ramajes invernales que agitan agrios vientos, De este pecador, Entonces acaso por amor abandonaría El atado de lágrimas y el crujido de dientes, ¡Ése será el rayo de luz!
La energía
Es necesario sufrir Para ti Graciosa Persona de mi Dios Tú has sudado sangre en el jardín de los olivares nocturnos; Es necesario hacerse liviano por el sufrimiento en ti Renunciar al mundo Como tú renunciaste Por un acto de sufrimiento liberado ofrecerlo Y entonces Como el viejo poeta lo declara La Energía es la única vida La Energía es la delicia eterna.
Canto de reconocimiento
Canto de reconocimiento al vasto Mundo A sus soles y sus aguas, sus asperezas, sus abismos Y al íntimo corazón en abismos aun más numeroso Y en agonías, éxtasis ¡Convulsiones terribles, fuerza eterna! “¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida” El canto de reconocimiento es también el canto de experiencia Para todo lo que bajo el cielo debe probar la pasión el movimiento Lo que debe continuarse engendrarse por la fuerza contraria Y ningún día podría destruirse, las nieves de antaño no han de fundirse ya Ningún alma tan pobre que nada haya escuchado De aquello que la vida quiso decir ninguna sombra Que no sea explicada por un sol. Así el poeta sin audiencia hace resonar El primer canto de alondra Puesto que Dios no quiso que a la mañana le faltase amor.
Canto de reconocimiento (variante)
Canto de reconocimiento al vasto Mundo A sus soles y aguas, sus volcanes y abismos Y al corazón cuyos abismos son aun más ardientes ¡Y sus furores pitios sus fuertes convulsiones! “¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida.” Sí el canto de reconocimiento es edad, canto de experiencia Para todo lo que pacientemente debe probar el rayo del cielo Continuarse engendrarse por la fuerza contraria Ningún día pasado está perdido pues las nieves de antaño no se funden Nadie es tan sordo que no haya comprendido lo que la vida quiso decir, Y la sombra que siempre tiene detrás el día.
Cyntia
Resplandeciente sobre las domésticas mandíbulas Ella es el ojo en llamas por el que cuando traiciona a la ciudad se aleja el día Abandonando los negros árboles a los dioses infernales; Aire frío ella viene a inundar el jardín Y el olor de los tilos se abalanza Y el canto de la hierba masacrada y el soplo de la oscuridad: Cyntia merodea en medio de las grandes copas vacías Y agota las estrellas Cuando de eternidades venidas de súbito aparecen Diez mil legiones de ángeles Blancos todos sin mácula Inclinados inmóviles, todos con el ala idéntica mirada de perfil Nubes nubarrones enviados a Cyntia la gran Virgen ¿Qué quieren ellos qué quieren aquí abajo eternizar?
[La tierra con su ojo gris...]
La tierra con su ojo gris mira pasar el cielo El extraño mensajero que caminando sobre las horas atrae los vivientes ojos Y los devuelve al interior del alma Aquel que también pone sobre el palpitante pecho Del mundo la red de los estallidos y los soplos Hace resonar la magia Y con el día se retira, y finalmente En la majestad del tiempo que se ha tornado negro Hacia inspiradas profundidades profundamente aléjase Hacia el alto el muy alto el sublime diminuto punto solitario Y abre allí sin ruido el abismo de la dulzura Con la estrella apasionada que calla siempre y mira Hacia un más lejano Un más desconocido Donde podría aparecer el Señor de los Cielos.
[¿Quién te ha permitido...]
¿Quién te ha permitido que dudes del Señor? Él ha venido No él no ha venido es verdad él va a venir Mi Extraña Mirada del Señor Mi Hijo Esposo mío del Señor Sobre los grandes los violentos desiertos que para él intento: Un día aún y mis enemigos se entregan a la fuga.
[Deja ese cuerpo solitario]
Deja ese cuerpo solitario Espíritu de creación regocijada Yo soy pesado como el paso del anciano frecuentador de tumbas Pero mi frente sonríe y saluda ¡Espíritu sin corazón, encantador espíritu! Deja la tierra en el deseo que quiere desatar tu cintura ¡Impureza! Ve hacia las estaciones claras Ya tiemblas caro Espíritu Terrible miedo tienes ¿Es un Esposo acaso lo que buscas?
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