Lied de la boca florida
Al ofrecerte una rosa el jardinero prolijo, orgulloso de ella dijo: no existe otra más hermosa. A pesar de su color, su belleza y su fragancia, respondí con arrogancia: yo conozco una mejor. Sonreíste tú a mi fiero remoque de paladín… y regresó a su jardín cabizbajo el jardinero
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