Frente al espejo Un rato más Caballos Transfiguración El circo en tierra extraña Carrusel
Frente al espejo
En un abrir y cerrar de ojos ya no estarás en donde estabas: un triste viejo está mirándote con qué terror desde tu cara. Mirándote ávido y mirándote mientras la luz te da en su cara: en un abrir y cerrar de ojos, ni tú, ni él, ni nada.
Un rato más
¡Qué bueno ver otro día, tener mañana y tarde por delante, sol y color y puede ser! ¡Un rato más, a espaldas de jamás, para el delirio de las cosas, la fiesta en llamas de su paz!
Caballos
Yo he visto a los caballos, yo vi la gloria del viento y de los rayos y de la serenísima victoria cuando vi a los caballos. Cuando vi su mirada que no responde nada a nada, que no es sino mirada, entonces fue que en un momento me hundí en su eternidad ensimismada, descubrí en su quietud la gloria pura del esplendor del viento y de los rayos, la figura del simple movimiento en su magnificencia oscura naciendo de los mágicos caballos.
Transfiguración
Aquellos cómicos horrendos que eran escándalo del alma, ¡qué extraño que, de pronto, no sean ya más que la nostalgia! ¡Cómo sus tretas burdas, toscas, sus pobres burlas desdichadas, tórnanse leves, trémulas, como una luz en la distancia!
El circo en tierra extraña
Amiga mía, tengo miedo de todo en esta noche. Tú estás muy lejos, y no puedo recordar cómo miras, esta noche. Los enanos caen como bolos en la pista del circo. Sus trompetas me calan de frío. Estoy solo ya en la sala repleta. Tengo terror de que no vayas a ser a la luz del día más que una linda historia. Callas dentro de mí. La música es sombría. Desaparecen los enanos idos en sueño. Asumo el pleno horror de la vigilia. Vano ya todo. Tus ojos son de humo.
Carrusel
La música da vueltas tras de los reyes que se van volando, tras de los ciervos, los bosques y cañadas, todo este mundo tan veloz girando. La dicha de los niños tras los corceles que se fueron cuando volvían las cascadas y rápidos bajeles tras de los ciervos que se van callando. Y así la tarde huye tras de los niños y su raudo bando y a poco ya no queda sino el rumor extraño de la memoria que los va soñando.
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