Voces
Quien ha visto vaciarse todo, casi sabe de qué se llena todo. * Antes de recorrer mi camino yo era mi camino. * Mi primer mundo lo hallé todo en mi escaso pan. * Mi padre, al irse, regaló medio siglo a mi niñez. * Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no existiría nada. * El hombre no va a ninguna parte. Todo viene al hombre, como el mañana. * Quien me tiene de un hilo no es fuerte; lo fuerte es el hilo. * Un poco de ingenuidad nunca se aparta de mí. Y es ella la que me protege. * Mi pobreza no es total: falto yo. * Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto. * Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy. * Me hicieron de cien años algunos minutos que se quedaron conmigo, no cien años. * Casi no he tocado el barro y soy de barro. * El hombre habla de todo y habla de todo como si el conocimiento de todo estuviese todo en él. * Todo es como los ríos, obra de las pendientes. * El universo no constituye un orden total. Falta la adhesión del hombre. * Las alturas guían, pero en las alturas. * Han dejado de engañarte, no de quererte. Y te parece que han dejado de quererte. * Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos. * Y sin ese repetirse eternamente de todo, de sí mismo a sí mismo, a cada instante, todo duraría un instante. Hasta la misma eternidad duraría un instante. * Hallarás la distancia que te separa de ellos, uniéndote a ellos. * El mal no lo hacen todos, pero acusa a todos. * Lo pagado con nuestra vida nunca es caro. * Quien no llena su mundo de fantasmas, se queda solo. * A veces hallo tan grande a la miseria que temo necesitar de ella. * Porque eres lo mejor, en este mundo, crees que eres lo mejor para este mundo. Nuestras creencias, ¡cómo nos engañan! * Y si llegaras a hombre, ¿a qué más podrías llegar? * Una cosa, hasta no ser toda, es ruido, y toda, es silencio. * Nada no es solamente nada. Es también nuestra cárcel. * Éramos yo y el mar. Y el mar estaba solo y solo yo. Uno de los dos faltaba. * Mi pesadez viene de los precipicios. * El hombre lo juzga todo desde el minuto presente, sin comprender que sólo juzga un minuto: el minuto presente. * Lo indomesticable del hombre, no es lo malo que hay en él: es lo bueno. * Quiero por lo que quise, y lo que quise, no volvería a quererlo. * La flor que tienes en tus manos ha nacido hoy y ya tiene tu edad. * A veces creo que no existe todo lo que veo. Porque todo lo que veo es todo lo que vi. Y todo lo que vi no existe. * Las quimeras vienen solas y se van acompañadas. * Hay dolores que han perdido la memoria y no recuerdan por qué son dolores. * El hombre, cuando no se lamenta, casi no existe. * Nada termina sin romperse, porque todo es sin fin. * La razón se pierde razonando. * Todos los soles se esfuerzan en encender tu llama y un microbio la extingue. * Más llanto que llorar es ver llorar. * ¿Habría este buscar eterno si lo hallado existiese? * El dolor no nos sigue: camina adelante. * Tu mano me busca, porque me cubre todo y no es transparente. * Quien se queda mucho consigo mismo, se envilece. * Cuando todo está hecho, las mañanas son tristes. * Todo lo creado, sólo es lo que tú puedes crear con todo lo creado. * En plena luz no somos ni una sombra. * Con algunas personas mi silencio es total: interior y exterior. * El dolor está arriba, no abajo. Y todos creen que el dolor está abajo. Y todos quieren subir. * No sale de lo malo quien está en él, porque teme encontrarse… con lo malo. * Veía yo un hombre muerto. Y yo era pequeño, pequeño, pequeño… ¡Dios mío, qué grande es un hombre muerto! * Sí, es necesario padecer, aun en vano, para no vivir en vano. * Cuando observo este mundo, no soy de este mundo; me asomo a este mundo. * Como me hice, no volvería a hacerme. Tal vez volvería a hacerme como me deshago. * Sólo algunos llegan a nada, porque el trayecto es largo. * Estoy tan poco en mí, que lo que hacen de mí, casi no me interesa. * ¿Es tanto lo que no sé? ¿Y cómo? ¿Es que alguna vez habré sabido tanto, que es tanto lo que no sé? * Las certidumbres sólo se alcanzan con los pies. * El hombre, cuando sabe que es una cosa cómica, no ríe. * En mi silencio sólo falta mi voz. * Me ves cuando me tocas: cuando no debieras verme. * Quien busca herirte busca tu herida, para herirte en tu herida. * Eres cuanto te necesitan, no cuanto eres. * El niño muestra su juguete, el hombre lo esconde. * Donde hay una pequeña lámpara encendida, no enciendo la mía. * Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos. * Te quiero como eres, pero no me digas cómo eres. * Hay sueños que necesitan reposo. * La montaña que he levantado me pide un grano de arena para mantenerse en pie. * La confesión de uno humilla a todos. * Cerca de mí no hay más que lejanías. * Río porque ríen, no por lo que ríen. * Hace mucho que no pido nada al cielo y aún no han bajado mis brazos. * Tu drama, cuando se asoma a tus labios, es la sonrisa más dulce de tus labios. * Puedo no mirar las flores, pero no cuando nadie las mira. * Estás atado a ellos y no comprendes cómo, porque ellos no están atados a ti. * Otra vez no quisiera nada. Ni una madre quisiera otra vez. * Se apiadan de las víctimas, las víctimas. * Sí, eso es el bien: perdonar el mal. No hay otro bien. * Cuando se apagaron sus ojos, yo también vi una sombra. * Todo tiende a unirse, porque no se quiere ser "tantos". * De lo que tomo, tomo de más o de menos, no tomo lo justo. Lo justo no me sirve. * El frío es un buen consejero, pero es frío. * Te asusta el vacío, ¡y abres más los ojos! * Cuando no se quiere lo imposible, no se quiere. * Los mares, los cielos, los astros, no son ni un hombre. ¡Qué extraordinario absurdo! * Todo es un poco de obscuridad, hasta la misma luz. * Extraños, extraños, extraños, un infinito de extraños. Y yo, un extraño solo.
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