Antonio Castañeda Selección y nota introductoria de Guillermo Fernández VERSIÓN PDF |
Nota introductoria |
Vigilo los escombros, pongo lumbre en su tramo, mido la línea del estruendo, lo discreto, lo que es señal y juego del espanto. |
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* Antonio Castañeda nació en la ciudad de México en 1938 y murió en 2000. Fundamentalmente poeta, estudió artes plásticas, composición dramática y letras. Fue editor y director en editoriales independientes y en las colecciones Cuadernos de Estraza, La Rosa Inmaterial y La Flama en el Espejo; fundador y codirector de Juego de Hojas. Su obra ha sido traducida al francés, inglés y portugués. Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1985 por Relámpagos que vuelven, poemario que se incluye en la compilación Premio de Poesía Aguascalientes 30 años, 1978-1987 (Joaquín Mortiz/Gobierno del Estado de Aguascalientes/INBA, 1997). |
Lejos del ardimiento
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A Pedro Garfias
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Vigilo los escombros, pongo lumbre en su tramo, mido la línea el estruendo, lo discreto, lo que es señal y juego del espanto. Es mi mano minuica enardecida que se apaga. El canto apenas atisba. La herrumbre transita por el agua. Mi voz, entre la hondura, quiere tocar las frutas derribadas. Territorio poblado por los ciegos, pozo de la canción y los ratos humildes. Todo aquí se demora: el intento, las aguas, el desorden. Arriba, un solo griterío ya maltrecho. En el recurso de la sombra, irrepetibles aves que pasan durmiendo entre mis dedos, desconcertando al día, que sobre mí, desmorona su luz sin entenderlo. El derrumbe y el huerto son la casa que guardo. Cal, manzana, agua, hermano. Estancia de las cosas que pasan, de Dios, ocioso en su retrato. El quicio que retengo es ramaje y memoria, pared, asombro deshilado. Mi habitación, recodo del enjambre, rumor, desastre de campana. Quedar en el rescoldo con la cara alejada del asedio. Sin furia. En el polvo. Tocando sin responsos lo precario del incendio. Medito mi silencio trato que sea menos severo pero la voz se me rompe entre la lengua como follaje abierto por el viento. Mudo, miro astillas de cristales en el suelo. En mi habitual ocupación de estar en el silencio, aquí, donde ha quedado la ceniza derramada y en donde sólo a veces y sin fuego se agolpan las palabras, aquí, lejos del ardimiento, recuento los instantes de la flama. El agua se derrama sin dejar en la piedra las huellas del encuentro. Los surcos despojados no saben de mi miedo. No lo conoce el musgo ni la mínima sombra que el clavo de la cruz da en su silencio. El agua de las pilas en vano mojará todos los dedos. |
Para mi hermano Eugenio, asesinado en nombre del amor |
Demolición nocturna, estrago, sumario en tierra de todo agotamiento, hilo propagador del alarido. Silencio que, a distancia, se restaura y congrega en el naufragio. Toda visita relata los temores, acrecienta consignas, remoza cargamentos para al final decir: lo más inaccesible del derrumbe ha sido de nuevo perturbado.
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Recopilación tardía
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* Esta demora es anemia de óxido y ceniza; pero al menos así por un momento todo se reanuda. * Se estableció el silencio el día en que por descuido extraviamos los instrumentos terrestres de la lluvia. * Las naves se congregan con mínimo retraso y el desembarco empieza entre rondas y cánticos de ancianas fugitivas. * Tenemos la encomienda de recabar fragmentos de agonía del arcángel feroz que inmóvil canta detrás de la ventana. * Un insecto que baila de pronto queda ciego: su hazaña se acabó en el crecimiento. * Sólo quedó un rumor como alusión continua a la sorpresa que sugirió el inicio inerme de su historia. * El encuentro se da, no hay cerradura hostil. La contraseña, en la aldaba adormecida, narrará todos los pormenores del augurio. * Los designios se cumplen así, inesperadamente. Sin un sonido previo. Por eso el hierro y las migajas son siempre perceptibles, agobiantes, como la comunión sumisa que no acaba o el oficio transitorio que nos convoca a la vigilia inútil. Entonces muy pocas cosas se vislumbran. Tan sólo, algunas veces, la llama que se agosta en los retratos sin silueta del socavón que en nada nos concierne. * Todo fue primordial en la jaula baldía, donde sueños de andamios, canciones y combates se dieron a menudo. Ahí se urdió el acabamiento que nunca tuvo un motivo sustentado. * En los postigos y en la fatiga del portón tantas veces abierto, se instaló el alarido quemante de la pascua. No hubo santo y seña: el croquis se hizo polvo muy cerca del cristal ahumado. * Los salmos graduales irrumpieron en el momento preciso del relámpago, cuando la hoguera dio sosiego a la región de la humedad extensa. Nada contó. La infamia y la rutina se hicieron solidarias. * De los pasillos que van al escondrijo surge lo inevitable: resonancias y limbos que nunca se restauran. * En esas aulas, donde se habló de predicciones y teoremas, recopilé, hacia el fin del eclipse, cantigas tutelares de futuros suicidas. |
Reencuentro
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A Rocío Paz
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Con el azoro del hallazgo reencontré la llanura y los inventos de los ciegos, el tiempo sin ritual, la evidencia traducible de una rama. La manzana, al sentirse sitiada por los días, manifiesta su forma, su color, y en esa incandescencia se derrama. Desvaneciste contiendas y congojas al otorgarme lo que era inesperado dentro de los horrores del despliegue. Al estar en consunción y sin auspicios, afronto las visitaciones que desatas. Emprendo el recorrido con deseos de cubrirte de imprevistas llamadas y pequeños tatuajes. Luego te miro como estratega exhausto que cuida de sus anclas bajo el agua. Los signos del hallazgo quedarán inmutables en la certeza llameante de la rama. |
Enigma personal
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Para Claudia
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Enigma personal No llegamos a nada De muy poco sirvieron los actos esmerados, y de menos, de mucho menos, el repaso inicial de las nuevas palabras. Hay que recomenzar. Sorprendidos, a solas, cada quien con su enigma personal; confundidos aún en esos extraños utensilios que duras penas, y sin pensarlo, rescatamos un día de la casa tomada. Primeras impresiones Facciones caligráficas de niña alucinada. Revelaciones. Conjeturas. Esperanza. Mensajes de batallas navales. Adivinanzas. Lienzos de caléndulas girantes. Niña de los herbarios en ocasiones agredida, en otras no captada. Invención y búsqueda A distancia te invento sonámbula pequeña en el destierro, memorial y misterio de la torre, volante canción transfigurada. Te busco en las líneas del durazno y en la luz que interpreto, con la misma constancia del alquimista insomne que desdobla y enciende las velas de sus barcas. Irrupción inesperada Sin convocaciones, la luz surgió de aquel desplome en llamas. Murmullos, resplandores; riesgos inminentes en alianza. Poco duró la irrupción fragmentaria de vampiros y fantasmas. Misterios de la fauna Soles, nubes, constelaciones; nuevos invernaderos que resguardan calidonias menores, siemprevivas, estelarias. Aves en continuo suspenso, mariposas absortas, caracoles que sueñan un eclipse solar que todo cambia. Búhos arrepentidos, laboriosas serpientes, elefantes y leones en libertad condicionada, peces con objetivos definidos, sirenas que deambulan con la piel y los ojos irisados. Efímeros jardines, delineados misterios de la fauna. En mis manos, los dibujos de Claudia me hicieron recordar que las niñas son flores en la orilla astronómica de un lago. Kaspar Hauser Un hombre sin historia, de procedencia jamás esclarecida, que describió su nombre con plantas y guijarros, para interpretar después, pausadamente, raros sucesos sin preludios ni finales. Según las reglas de la lógica, debía ser destruido con todos sus enigmas.
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La fruta simple
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Ciudad de los hechizos, puerta de las mil puertas, que a otras mil puertas abren, ojo que así se mira y al contemplarse incendia lo perdido. Juan Rejano
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Transposición I Cuando inicies tu lectura en las líneas de mi mano, sabrás a ciencia cierta el final espantoso que te aguarda. Transposición II En el brillo más tenue de tus ojos, vi resumida la parte criminal de mi pasado. Evocaciones Mi historia: refulgentes hallazgos y doloridos extravíos. Visiones provisorias. Espectros, espejismos. Evocación inacabada de seres que se han desvanecido hasta ser impalpables, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres. Sigo en espera de las imágenes tangibles. Cartomancia Separados y absortos tres dolientes vigías deslindan el contorno revelado de los naipes. Tercia fatal que salió de quebrantos al revocar el vaticinio concluyente de la espada. Reunión del Sabbath Al oír el canto del gallo, símbolo de luz y vigilancia, las brujas se disgregan hasta fundirse entristecidas en los vestigios apremiantes de otra noche que acaba. Filtro de amor con la énula campana
Para mi hija Claudia
Una noche de San Juan, * Nota marginal innecesaria.
Es desolador, pero la énula campana planta crepuscular y quebradiza, eficaz propiciadora de eternas realizaciones amorosas, que habitó por elección en lugares solitarios y poco iluminados, jamás volvió a aparecer catalogada en los modernos tratados de botánica, ni a ser mencionada en los recientes manuales de ocultismo. Su naturaleza —se dijo varias veces— en el fondo sensible y vulnerable, no resistió los efectos del letal invernadero de una época caracterizada por inquietantes alteraciones atmosféricas (y también astrales) que datan ya de algunas décadas. De ahí, probablemente, su extinción definitiva y lamentable. Por otra parte, como el amor desde tiempo atrás dejó de ser motivo de anhelos para el hombre, se formuló otro planteamiento nada aventurado: que la énula campana, al saber perdido el objeto primordial de su existencia, propició sin miramientos su propia muerte repentina.
El amor implacable Está visto y probado: ni antiguos talismanes, ni encantamientos continuados, podrán borrar el daño que los seres queridos causaron cada día con su amor implacable. (La fruta simple) Canción De aquel fantasma memorable, tantas veces invicto, tan sólo prevalece un pálido reflejo ya distante. Advenimiento Para Eugenia
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El eterno retorno |
Es seguro y cierto que la naturaleza entera era Agua en el comienzo: que todas las cosas han nacido por el Agua y por el Agua deben ser destruidas. Kirchweger, Aurea Caleña Homeri |
Es triste, Visitaciones Cada noche reapareces con las ovejas degolladas al filo del insomnio. La fruta simple No trates de aprehender siluetas inasibles; lo que buscas, como la fruta simple, siempre cae por su propio encantamiento. Versus virginis Enarbola tus banderas invictas, envuélvete en ellas y arrójate cuanto antes al vacío. Quien tiene delirios de pureza no merece mirar desde lo alto la luz astral que cubre al mundo. Levitación Si en otro tiempo fuiste mariposa magenta del infierno, bruja espectacular en Salem o maga invulnerable de Tesalia, me tiene sin cuidado. Lo que sí me horroriza es verte levitante al mediodía, impávida, translúcida y sin sombra. Conjuro para ser pronunciado en el momento en que surge el amor No prometas nada, nada esperes; todo es un intercambio cotidiano y sencillo de mariposas olvidadas.
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El binomio de la rosa
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Imposibilidad Arde la casa y no hay forma de extinguir esta feroz incandescencia. En la tierra de nadie No sólo la maldad, también el abandono causa serios estragos. ¿No lo crees? Mira muy cerca, a tu alrededor y mide, si es que puedes, una pequeña parte del descuido que cultivas en la tierra de nadie, tu anhelada, la única comarca. La tierra tiembla La tierra tiembla y destruye a los hombres con el peso infinito de las piedras, del hierro, de la nada. La tierra tiembla y estremece la vida secreta de las plantas, mi casa imaginaria y los espejos de agua. La tierra tiembla y en el cielo no se ven, ni por asomo, los signos de piedad del Dios ocioso que nunca da la cara. Olvido Desde esta torre se ve la casa devastada. Hoy, en sus ruinas, arde la historia de todos los horrores. Imágenes que vuelven En la memoria, mi casa entre las llamas la humareda sin rumbo, el resplandor y sus fantasmas. Secuencia I Se va la luz, vienen los sueños y yo con ellos, la casa encantada y sus fantasmas. Secuencia II Es el horror, me digo, el horror que viene con la luz de no sé dónde. Nos engañaron Fue un engaño, no llegó la paloma que traía una rama de olivo. Afuera, implacable, continúa el diluvio. A distancia Abatida, en el reino, te percibo a distancia como el cántico de un pájaro en desgracia. |
Recado a mí mismo |
Tus ojos |
Tu corazón sigue latiendo, sirve su cuerda todavía. Eliseo Diego ...nuestro corazón es más que todas las estrellas. Yannis Ritsos
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Reflexión del vampiro La estaca de todos tan temida un día clavó mi corazón dejándolo con vida, no sé si si para bien o para mal. Cardiografía en movimiento En una pantalla de cristal veo latir mi corazón. En él contemplo, con toda claridad y en blanco y negro, el trazo accidentado de una herida reciente; pero también se ve, rodeada de colores, la vida perdurable de las noches de amor. Todo se acaba El corazón es una estrella que se esfuma entre nubes de violetas. Recordatorio a mi corazón Despierta corazón dormido que puedes astillarte o estallar hoy o mañana. Otro recordatorio Late mi corazón, late y repite: vive, vive, vive. El corazón y las esrellas de Dino Campana
Reflejos Tus ojos reflejan el fulgor del incendio, los signos precisos del estruendo, el juego mortal que a ciegas inventamos en la infancia. Continuidad No se extinguió la estrella. Disgregada en polvo astral, arde allá en el infinito. |