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El binomio de la rosa
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Imposibilidad Arde la casa y no hay forma de extinguir esta feroz incandescencia. En la tierra de nadie No sólo la maldad, también el abandono causa serios estragos. ¿No lo crees? Mira muy cerca, a tu alrededor y mide, si es que puedes, una pequeña parte del descuido que cultivas en la tierra de nadie, tu anhelada, la única comarca. La tierra tiembla La tierra tiembla y destruye a los hombres con el peso infinito de las piedras, del hierro, de la nada. La tierra tiembla y estremece la vida secreta de las plantas, mi casa imaginaria y los espejos de agua. La tierra tiembla y en el cielo no se ven, ni por asomo, los signos de piedad del Dios ocioso que nunca da la cara. Olvido Desde esta torre se ve la casa devastada. Hoy, en sus ruinas, arde la historia de todos los horrores. Imágenes que vuelven En la memoria, mi casa entre las llamas la humareda sin rumbo, el resplandor y sus fantasmas. Secuencia I Se va la luz, vienen los sueños y yo con ellos, la casa encantada y sus fantasmas. Secuencia II Es el horror, me digo, el horror que viene con la luz de no sé dónde. Nos engañaron Fue un engaño, no llegó la paloma que traía una rama de olivo. Afuera, implacable, continúa el diluvio. A distancia Abatida, en el reino, te percibo a distancia como el cántico de un pájaro en desgracia. |
Recado a mí mismo |
Tus ojos |
Tu corazón sigue latiendo, sirve su cuerda todavía. Eliseo Diego ...nuestro corazón es más que todas las estrellas. Yannis Ritsos
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Reflexión del vampiro La estaca de todos tan temida un día clavó mi corazón dejándolo con vida, no sé si si para bien o para mal. Cardiografía en movimiento En una pantalla de cristal veo latir mi corazón. En él contemplo, con toda claridad y en blanco y negro, el trazo accidentado de una herida reciente; pero también se ve, rodeada de colores, la vida perdurable de las noches de amor. Todo se acaba El corazón es una estrella que se esfuma entre nubes de violetas. Recordatorio a mi corazón Despierta corazón dormido que puedes astillarte o estallar hoy o mañana. Otro recordatorio Late mi corazón, late y repite: vive, vive, vive. El corazón y las esrellas de Dino Campana
Reflejos Tus ojos reflejan el fulgor del incendio, los signos precisos del estruendo, el juego mortal que a ciegas inventamos en la infancia. Continuidad No se extinguió la estrella. Disgregada en polvo astral, arde allá en el infinito. |