Éramos los elegidos del sol
Éramos los elegidos del sol Y no nos dimos cuenta Fuimos los elegidos de la más alta estrella Y no supimos responder a su regalo Angustia de impotencia El agua nos amaba La tierra nos amaba Las selvas eran nuestras El éxtasis era nuestro espacio propio Tu mirada era el universo frente a frente Tu belleza era el sonido del amanecer La primavera amada por los árboles Ahora somos una tristeza contagiosa Una muerte antes de tiempo El alma que no sabe en qué sitio se encuentra El invierno en los huesos sin un relámpago Y todo esto porque tú no supiste lo que es la eternidad Ni comprendiste el alma de mi alma en su barco de tinieblas En su trono de águila herida de infinito
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