Veo el universo reducido
Veo el universo reducido A una caja entre cirios y flores que se despiden Me veo y veo a tantos otros Ovejas de amargura Sobre el abrevadero de tu ataúd Bebiendo la eternidad y su belleza Pobrecitas palomas malheridas Lavando en la muerte Su sangre y su dolor de muerte Así estuvimos así estaremos Grabados para siempre En el recuerdo y su gran llaga Y hemos de vernos siempre corderos desolados Bebiendo tu dulzura y contando los minutos del* ¿En qué mares se mece este ataúd? Con su velamen pronto ¿Zarpamos todos? ¿Por qué tú sola? Yo mecía tu cuna de la muerte Como un día meciste la cuna de mi vida Mecía tu ataúd hecho un jardín Lleno de rosas vestidas de viaje Sobre las olas de la angustia Oía cantar las aguas niñas hacia el sol Y detrás de los rosales Veía tu rostro y tu sonrisa Como si te pasearas muy alegre Tú sola satisfecha En un planeta de llantos ¿Por qué embarcaste sola en ese barco Y te sonríes? Crujen las jarcias de tu velero ¿Conoces al piloto que arrojó el corazón a los tiburones Y mira el hoyo en el pecho vacío Como los ojos de los ciegos? ¿Qué barco es éste que tiene tanta prisa Que desgarra las anclas de nuestro corazón Y corta todas las amarras? ¿Qué fantasma nocturno irguió las velas? ¿De dónde viene ese viento Que te lleva como si fueras suya? ¿Pero no sabe que eres mía Que me estás escrita en las entrañas Que estás hirviendo en mi garganta? ¿Qué barco es éste que no teme tantas lágrimas Que no se asusta de los sollozos Ni de los huracanes de nuestro pecho? ¿Qué barco es éste que viene a desafiarme? Oh marinero negro No conoces mi fuerza de rebelde Ignoras mi soberbia de monstruo arcaico
* Después de las palabras minutos del sigue una palabra ilegible en el manuscrito.
|