NOTA INTRODUCTORIA A Octavio Paz
"Yo tenía quince años en 1940. Durante los cinco años que siguieron fuimos lo que la guerra quiso. No alcanzamos a ponernos el uniforme, pero la propaganda modeló nuestra imagen del mundo (...). Quizás esto explique que nuestra primera reacción literaria fuera una poesía desengañada y melancólica y nuestra primera reacción política o social una desconfianza un poco lúgubre ante cualquier orden establecido (...)."
"Imposible enumerar aquí las revelaciones, inquietudes y fracasos que nos permitieron quebrar el conformismo color de rosa, o lacrimoso, en el cual nos habíamos levantado. Voy a recordar apenas una película francesa, que vi en 1948 o 1949 y que pasó casi inadvertida en Bogotá: Le diable au corps. Basada en la obra de Raymond Radiguet y dirigida por Claude Autant-Lara, nos ofrecía una visión del mundo radicalmente inconformista, oponía la protesta y el amor a la mitología huera de la guerra (...). Nuestra adolescencia no se parecía en nada a la que describía la película, pero en 1949 queríamos que así hubiera sido nuestra vida a los 15 años. El intérprete de la película se llamaba Gerard Philipe. (Era) un héroe a la vez lúcido y apasionado. Con su muerte termina nuestra juventud." Este esbozo autobiográfico fue escrito por Jorge Gaitán Durán, en 1959, cuando se desempeñaba como crítico cinematográfico en El Espectador, de Bogotá, y sintetiza los temas centrales de su aventura intelectual: por una parte, la rebeldía; por otra, la búsqueda de un lenguaje que expresara dicha rebeldía. La lucidez lo llevó a ser un sensible ensayista; la pasión, a convertirse en un luminoso poeta. Las dos juntas animaron una de las empresas más fecundas que recuerda la cultura colombiana: la revista MITO, fundada y dirigida por él, y que en sus 42 números, de abril de 1955 a junio de 1962, modificaron radicalmente el panorama de nuestras letras. Allí aparecieron, entre otros, textos como El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez; la Memoria de los Hospitales de Ultramar, de Álvaro Mutis; fragmentos de la novela de Álvaro Cepeda Samudio, La Casa Grande, editada, posteriormente, dentro de las ediciones MITO, y colaboraron en ella gentes como Hernando Valencia Goelkel, su codirector, Fernando Charry Lara, Pedro Gómez Valderrama, Marta Traba, Rafael Gutiérrez Girardot, cuyos aportes a la renovación creativa, en el ámbito colombiano, es apenas comparable a la que en otro plano realizaron los colaboradores hispanoamericanos de MITO: Octavio Paz, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Alejo Carpentier, Jaime García Terrés, Juan Liscano. No sobra recordar que Colombia, bajo sucesivos gobiernos conservadores, había logrado compaginar su fama de Atenas Suramericana —ediciones de y sobre Horacio eran generosamente editadas por la Imprenta Nacional— con los 200 000 muertos de la violencia partidista (liberales versus conservadores) entre 1949 y 1962. Esta guerra civil, larvada e implacable, es que habría de pautar toda la trayectoria de Gaitán Durán. CURRíCULUM Nacido en Pamplona, norte de Santander, el 12 de febrero de 1925, de 1941 a 1946 realizó los previsibles estudios de derecho en la U. Javeriana, regenteada por los jesuitas, y participó, al lado de Jorge Zalamea, en la toma de la Radiodifusora Nacional de Colombia, durante los cruentos sucesos del 9 de abril de 1948. Diez años después los recordaría así: "Comunicados absurdos y discursos imbéciles se sucedieron vertiginosamente. Esta situación duró hasta la llegada de Jorge Zalamea, a quien de manera tan ignominiosa se ha calumniado por su comportamiento de ese día. Fue el único que tuvo la lucidez y la autoridad suficiente para proponer un programa insurreccional concreto y un poco de orden (...). Intentamos infatigablemente dirigir al pueblo hacia los lugares de lucha, donde se jugaba la suerte del país, y apartarlo de todo atentado contra individuos o contra establecimientos. Pudieron más que nuestras voces, perdidas en esa confusión terrible, la miseria y la ignorancia de nuestro pueblo, siempre desesperado y ese día además justamente colérico". A los 23 años ya Gaitán intentaba, como lo expresaría años después, "convertir una tierra amorfa y pestilente en una patria". Para ello era necesario, en primer lugar, educarse: vivió en París desde 1950 a 1954, asistiendo allí a los cursos de filosofía de Merleau-Ponty, en el Colegio de Francia, y tomando clases sobre cine. A su regreso a Colombia funda la revista MITO y se vincula a varias universidades, como profesor de humanidades. Miembro del comité de redacción de La Calle, órgano del Movimiento Revolucionario Liberal acaudillado por el hoy ex presidente Alfonso López Michelsen, publica allí La revolución invisible, apuntes sobre la crisis colombiana, en 1958, y a través de MITO, ya sea la revista o las ediciones del mismo nombre, divulga traducciones suyas: Rimbaud; Genet, Las sirvientas y, sobre todo, Sade. El libro sobre Sade, dedicado a Octavio Paz, y aparecido en 1960, recoge textos de Sade traducidos y presentados por Gaitán Durán, mediante un agudo ensayo: "El libertino y la revolución". Más que sus episódicas intervenciones en política, al lado del MRL, conviene recordar sus contribuciones tanto a la crítica de arte, como a la de cine y literatura, aún no recopiladas. En todos estos campos mantuvo una actitud beligerante e informada, que vale la pena destacar. En contra del infinito provincianismo de la vida intelectual colombiana, y de su mediocridad, "más letal que todas las tiranías", Gaitán se esforzó por crear una atmósfera propicia a la reflexión. El 21 de junio de 1962, en un accidente de aviación ocurrido en Pointa-Pitre muere, seis meses después de haber publicado su mejor libro de poesía: Si mañana despierto. Muerte premonitoriamente evocada por su poesía y que parece corroborar el dictamen de Sartre –una de las referencias habituales de Gaitán Durán– al final de su trabajo sobre Baudelaire: "la elección libre que el hombre hace de sí mismo se identifica absolutamente con lo que llamamos su destino". INTELECTUAL CÓMPLICE
Lo más importante por ahora no es ir hasta la
Albert Camusraíz misma de las cosas sino, siendo como es el mundo, saberse comportar.
J. G. COBO BORDA
Bogotá, 1980
* La Obra literaria de Jorge Gaitán Durán fue editada por el Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, en su serie Biblioteca Básica Colombiana. No. 6, 450 páginas, recopilada y prologada por Pedro Gómez Valderrama, 1975. Son de interés sobre su poesía los textos de Fernando Charry Lara, en Lector de poesía, Bogotá, 1975; los de Guillermo Sucre, en La máscara y la transparencia, Caracas, 1975; y los que Jaime Duque, en Momentos y opciones de la poesía en Colombia, Bogotá, 1980; al igual que el recuerdo poético de Luis Cardoza y Aragón, incluido en su libro Círculos concéntricos, Veracruz, México, 1967. Además de la antología de la revista MITO, que preparé en 1975, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, Colección Autores Nacionales, No. 4, en otras dos ocasiones, y desde diferentes ángulos, he escrito sobre la poesía de Gaitán Duran: dichos textos se hallan recogidos en La alegría de leer, Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, Colección Autores Nacionales, No. 10, 1976; y La tradición de la pobreza, Bogotá, Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1980. |