EL GUERRERO Lleva la muerte en su espada quien por amor debe morir O matar lo que ama, magnánimo con su pena Pues no busca olvido sino infierno. Si el arma hunde en otro pecho, en su pecho la aloja, Mas la carroña no es suya sino definitivamente ajena. Vivo queda, es decir, culpable. No sólo arrastra tormento Para siempre: mil veces repite su delito, Porque sanguinario es el príncipe con gentes que no odia ni conoce Y Dios condena por el mismo mal que es su obra y los jueces Castigan al que rechaza la injusticia, él por ella pidió ser condenado. Castrado, no: aprende a ser hombre quien por serlo sufre, quien Entre tierra y cielo sólo quiere ser hombre. No será su existir fácil Como respeto de puta: guerrero, sí, o loco pero nunca inocente.
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