En una sola llama
No hay nada sino dos seres desnudos y abrazados Un surtidor en el centro de la pieza Manantiales que duermen con los ojos abiertos
Octavio Paz
a Sonia
Cuando el mundo sabe a dónde va Tú y yo abrazados En el centro del cuarto Que es una nave quemada A punto de llegar al lirio De pie En el lugar donde hubo un bosque Una palabra Nos encontramos Anticipándonos a la gran carrera Donde nadie ha de avanzar un poco
En tanta libertad
Mis manos bajan hasta tus nalgas Tus senos quieren liberarse de ti Incrustarse en mi pecho Morderme Tu mirada de niña Galatea escondida bajo la falda del placer Se llena de crecientes tentáculos Abrazados Proyectamos el mundo a cada paso El mundo que ansiamos desconsoladamente Herido en las fábricas y en las selvas Arrastrado como un roble Por elefantes que lloran Aprendiendo a olvidar los pantanos
En tanta libertad
A veces me olvido que estamos en guerra En tus pezones brinca un ciervo Todo yo te recorro Con aperos de agua erizada Todo yo te respiro Bailamos pianos con pies de potros Mis labios en tu cuello son dos islas En tanta constelación mareada de jazmines Mis manos bajan hasta la empuñadura de tu espalda
Ahora voy a rodear de eucaliptos tu cintura De semen tus eucaliptos verdaderos De sol tus planos arquitectos Oh tú que eres Boticelli en un ramo Sor Juana entre mis piernas
Hoy es tiempo de amar La policía no podrá detenerme Si digo que hoy es tiempo de amar Alrededor del cuarto han crecido acacias De dos en dos El olor del mundo es con nosotros Sólo sentimos el rumor de nuestras carnes Tu organismo es un estanque que resuella
En tanta libertad
Abrimos la piel como puerta o manzana Mi camisa cae al suelo Súbito paracaídas para los títulos de los libros Deja esa sábana en su equilibrio de espuma No la toques Mira mis manos Cómo suben espantando las avezuelas de tus muslos Ven Deja esa música en su velo egipcio No la toques porque se derramaría Voy a gaviar años en tu piel Voy a escribir sobre ti
En tanta libertad
Mi pensamiento encima de tu pensamiento Tus muslos al lado de mis caderas Alegres Y el jadeo Nos movemos como en una gran carrera Donde nadie ha de avanzar un paso Todo yo te respiro Mi lengua se humedece bajo el chorro de tu piel Me siento vivir en todas las azoteas del mundo
Soy un coyote merodeando tu cuerpo Un jabalí mordisqueando el maíz de tu vientre Un quetzal en tu cuello La cama es un valle Un satélite de nuestro lenguaje Es bella como trigal mecido por los cuervos Por las olas de los cuervos que picotean Granos enrojeciendo nuestros párpados
Algo se avecina en este movimiento Soy un músculo más de tu garganta Con un embudo de hojas La palabra llega de rodillas al aposento Abrazados Abrazados ¿Qué reloj nos llama? ¿Cuánto tiempo ha transcurrido sobre nuestras antorchas? A mi lado izquierdo sonríes Yo te beso maligno ¿Recuerdas la semana pasada?
Hemos recuperado el habla.
Mira el día Asoma débiles garras por el resquicio del sueño
Y te besó
Aún en este mundo antiguo
|