Todo se deja así (1964)
Era todo tan leve como el punto... Tu modo impersonal abarca todos... Vienes lluvia, es verdad, pero los ríos... Sin palabras quiero guardarte... Llévame allá donde la fuente es fuente... No buscaré en tu mano la tristeza... Por lo que ya no ha de volver... En verdad que no quise despertarte... ¿Por qué te empeñas lluvia... Para que las estrellas te recuerden... Te pregunté la dirección del mar... ¿Pero qué hiciste al fin para que el mundo... Mucho lloraste lluvia los secretos... ¡Qué pasos anduve, lluvia... Con tanto mar y me quedé sin ese...
ERA TODO TAN LEVE COMO EL PUNTO más liviano del sol cuando amanece. Era todo tan suave como el higo picoteado de pájaros con sueño. Era luz que se quiebra en tu sonrisa suspendiendo sus frutos en la sombra. Era todo tan tenue que cabía en un adiós o en una bienvenida. Era todo tan tuyo y tan ajeno que se fue dispersando con la vida.
TU MODO IMPERSONAL ABARCA TODOS los nombres de la tierra, cuando se dice "llueve" simplemente, nadie piensa en tú y yo, o en él o en ella... todo se deja así correr de pronto como si tus palabras fueran una frase común con rumbos de infinito.
VIENES LLUVIA, ES VERDAD, PERO LOS RÍOS jamás se posesionan de tu aroma. Llegas sonora y apareces triste, con ritos de nostalgia al despertar. Después de que el relámpago libera con su pasión tus cárceles moradas, vienes Lluvia, te vas y nos devuelves más luminoso el cielo que robaste. Yergues tu vara mágica de trigo modelando el milagro del sendero, y escribes en el lago profecías de interminables círculos cautivos. Llegas interrogando lo que sabes y no te deja de asombrar la tierra. Lluvia de pozos tristes que contempla la cicatriz del mundo: ¿cuántas heridas faltan al silencio para sentirse mar?
SIN PALABRAS QUIERO GUARDARTE, sin memoria, sin espectros, sin ningún más allá que nos pregunte, sin ningún más acá que nos conteste. Guardarte elemental y simplemente como un poco de lluvia en el tejado, o el caracol retiene, según cuentan, el sonido del mar.
LLÉVAME ALLÁ DONDE LA FUENTE ES FUENTE, no palabra o dolor que se renueva. Llévame donde son nubes tus nubes y no la vaguedad inalcanzable. Llévame, te lo digo, donde con la nostalgia de tus brisas vuelve a nacer el mundo, donde jamás se esconda entre la niebla tu verdadero puerto.
NO BUSCARÉ EN TU MANO LA TRISTEZA que hacia la gran tiniebla te remonta. Porque un día vendrán todos los vientos reclamando tu música increíble. La lluvia pedirá todas tus voces para viajar detrás del arco iris. Sorprenderá la tierra el continente invicto donde ocultas tus jardines... y las grandes cortezas solitarias envolverán el árbol de tu vida. Desfilarán todas las manos muertas y ante tu asombro implorarán ternura. Pero yo guardaré de tu mirada los enigmas de mundos imprevistos, que aquella tarde arrebaté a la muerte.
POR LO QUE YA NO HA DE VOLVER, por lo que nunca ha sido ni será. Por el viento sin árbol, por el árbol sin lluvia y sin sustento. Por el ayer, mañana y otros días que cayeron al pozo de los sueños. Por las cartas perdidas, por aquellas desoladoras lágrimas sin eco, por la mínima luz de la esperanza, guardo un manto invisible con tu imagen, como guardó Verónica en su lienzo la figura sagrada del Maestro.
EN VERDAD QUE NO QUISE DESPERTARTE al despeinado amanecer que el tiempo eligió como esclavo. En el fondo callé sin cerciorarme de lo que mi silencio te ocultaba... iba hacia el valle de una muerte lenta donde sólo tu amor era montaña. ...y la luz ante el mar calló el secreto de hacer verdes las aguas. Las palomas volvieron a tu alero sin mojarse las alas, y el sendero fue el único destino para la sed de todas las palabras.
¿POR QUÉ TE EMPEÑAS LLUVIA? en quedarte en los ojos y navegar sonriendo en las almohadas? ¿Por qué te empeñas lluvia en esconderte en corolas de sueño y despertarte convertida en rocío? ¿Por qué te ocultas siempre en sugestivos puntos de mar perdido entre la hierba? Nada sabe tu canto transparente pero avanzas y esperas, y estás pensando que jamás la muerte secará tus caminos.
PARA QUE LAS ESTRELLAS TE RECUERDEN, colocaré tu imagen esta noche mirando a la ventana; para que llegue el tiempo de tus pasos, haré que con tus ojos simplifiques y enciendas las mañanas. Llamaré con tus nombres a los días, para que todos lleven los distintos matices que despiden tus palabras. Navegaré las horas río abajo, hasta que por las playas del retorno aparezca el velero de tu canto. Y al padre olvido escribiré una carta, diciendo que ya es tiempo, que descanse, y esta vez deje libres nuestras almas.
TE PREGUNTÉ LA DIRECCIÓN DEL MAR pero lloraste aquí sobre mi pecho y olvidé mi camino y mi dolor. Después quise mirar el horizonte y en tus brazos había más destino. Quise saber en dónde nace el aire, pero sólo en ti pude respirar. Te pregunté dónde nació la lluvia y pusiste ante mí tu manantial. Quise subir al monte más lejano y eras tú superior en majestad. Iba hacia el mundo, y el amor contigo nuevos mundos habrá de transformar.
¿PERO QUÉ HICISTE AL FIN PARA QUE EL MUNDO se poblara de sueños nuevamente? ¿Qué hiciste, dios amor, para que el tiempo niño otra vez llorando me escribiera una infinita carta en las pupilas? De blanco las paredes de mi templo comulgan en la gracia de los días que multiplican todo este milagro. Bendice el sol, el agua de esta tierra y llénala de peces que recuerden el color de sus ojos en la tarde.
MUCHO LLORASTE LLUVIA LOS SECRETOS que te quitó la roca en tu caída, casi te destruiste al entregarte a los barcos ávidos de ti. Hablaste ayer despedazada en brisa y te fuiste entre el miedo y el misterio. Sólo dejaste verdes iniciales que pudieran tu idioma germinar. Vuelve al fresco perfil de tu recuerdo y sentirás tu ayer multiplicado, y escucharás en ti cantar al tiempo su canción de caer y florecer.
¡QUÉ PASOS ANDUVE, LLUVIA para llegar hasta ti...! ¡Cuánta nube distraída equivocó mi camino! ¿Qué nombre tendrás mañana, cuando hayan quedado solos los guijarros de la tarde? ¿En qué secretos ramajes vendrán a morar tus frutos? ¿Qué sueño vendrá a esperarme debajo de la tristeza para cubrirme de sol?
CON TANTO MAR Y ME QUEDÉ SIN ESE ondular de tus ojos en mi alma, con tanta luz y anocheció el contorno de aquellas tus facciones fugitivas... Con tanto tiempo y me quedé sin esos instantes que apresaban tus palabras. Con tantas como fueron tus palabras para ahogarme en silencio.
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