Poemas de un mal tiempo para la lírica
Días del parto y días de la muerte Exilio Tus amores también quedarán sin nombre Discurso de método
Días del parto y días de la muerte
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Días del parto y días de la muerte estaciones que saldan la alegría de vivir Tardes del himno de las revueltas con el fuego encendido en el volcán y la hoguera doméstica ardiendo Las muchedumbres coléricas se levantan en bramido que barre las tierras Clandestinamente celebras la ternura Se sabe a medias: las ojivas atómicas apuntan contra ciudades góticas Y el hombre y la mujer asidos uno a otro y como pueden envuelven su mundo en el desnudo abrazo de sus cuerpos.
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Exilio
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Sangres y huesos yacen Sin túmulos funerarios Los muertos no enterrerán a sus muertos Al anochecer Las agujas de los cipreses Enfiladas lanzas contra el campo abierto Los muertos huirán de los vivos En casa el baúl listo para el destierro Y pan para el camino Los vivos huirán de los muertos Adonde van estos caminos Dónde se hospedan los viajeros En noches de luna llena En noches de tempestad Con quién toman su vino Por los puertos del mar dónde se van Los vivos no tienen tiempo Para enterrar a los muertos.
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Tus amores también quedarán sin nombre
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Polvo serán, mas polvo enamorado. Quevedo
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Tus amores también quedarán sin nombre Nombrando la juventud y el júbilo Tus palabras marcan la muerte En un mismo gesto Tu amor es amor de tu tiempo Amor a secas Ya es inútil nombrar en los versos A la que un día amaste.
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Discurso del método
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Y si todo fuera ilusión Sería inútil correr de lado a lado Por la casa en desorden Y buscarte en cada rincón de este laberinto De vasos de butacas de libros y frazadas Que si sería engaño Tu cuerpo desnudándose Y desviviéndote de amor, tú, deseo mío Ardientes besos y quejidos No fueran más que el sueño de un infierno Pero más que la furia de la tempestad O la herida en la guerra O un pensamiento mío Tu cuerpo de mar extendido Al que repliegan muerte y vida Es certidumbre plena.
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