Y las ramas secas reverdecieron durante la noche Entonces tuve el sueño o la visitación del sueño Como el viajero antes de llegar me siento agitada Quiero entender o despertar El agua centellea como una cuchilla Era el Leteo Como si tuviera nostalgia de lo que estoy siendo Nostalgia de mí Como si pudiese comenzar de nuevo Como si me mudara a otra casa Como quien repite palabras que son mantras Que son un monólogo desde ti hacia ti Como quien oye llover Como si fuese yo la que ha comenzado a morir y no tú Como si el miedo y el polvo fuesen uno Apenas si fue un parpadeo Pero hacía calor esa mañana Queda una línea de luz no más consistente que una idea El sol como una bala en el intersticio del día Y en el cuarto tu sueño Profundísimo y dulce como un animal querido No tengo el lugar sólo la añoranza del lugar la rutina Y el tiempo que pasa De arcilla la mañana de amianto De oscuros ríos y manos vacías Tus venas se hunden en las nervaduras de la tierra Las paredes tienen la textura del limo Hay una terquedad en las palabras en el peso de las cosas Los recuerdos son un puente ¿Hacia dónde desde dónde? Las ofrendas se marchitan en la memoria La oscuridad se congela ¿Y qué había que saber que no supiera ya? Sólo la compasión es infinita (...) Las palabras se curvan se tocan se oscurecen Alguien afuera abre una puerta alguien toca el piano Las palabras se guardan y se olvidan No te debo nada tiempo Sigo el movimiento del sueño sus huellas pequeñísimas Sigo el movimiento del río su peso sus partículas su silencio sus larvas sus laberintos las estrellas que flotan como cáscaras Quedan los fresnos la pared llena de fotografías la mañana la de después la espesa la más temida la mañana para no ser vista la mañana para llorarme la larga la indefinible la quieta mañana El aire se arquea con el peso de las acacias He construido mis sueños cerca de las rocas golpeadas por el mar Yo elegí este paisaje árido Esta constancia esta sed Nada más triste que esta vastedad que es apenas nada (...) A las siete de la tarde llegan los pájaros a las ramas altas del chopo y cercan la luz La luz se desgaja Hago presión en la vulnerabilidad de la carne Llueve Ven entonces olvidada Ven y dime ¿Me reconoces en ti? Arrástrame hasta la desembocadura del día Déjame en la quietud en su aspereza ¿Qué me vas a decir? ¿Qué más me vas a decir? (...) Suéltame para que pueda buscarte Para que pueda abrirme no al conocimiento de ti sino al confuso presentimiento del camino hacia ti Tú madre que curas Señora de las rosas no me dejes La noche se ovilla en su propia oscuridad como una lágrima Y Kiev y las casas blancas con aleros rojos quedaron anclados a un pedazo del corazón Ven y bésame levemente apenas rozando el día Ven Antiquísima ven y sácame de este silencio Ven sollozada disuélveme en tu lengua como a una hostia hasta la avidez del polvo y polvo ya besaré tu cansado corazón Ruega por mí Afuera la mañana tiende su cerco sobre la ciudad (...) A la deriva Debajo de las aguas Por debajo de tu voz En el torrente Derramada conciencia Abajo de ésta mi carga Padeciéndome Fuga de mí en lo breve en lo callado En la forma de tu sueño Entre los muros blancos Y siempre algo falta Y no hay tiempo para recordar Lo que hubiera podido ser Derramada luz en la luz Alta la voz del polvo al atardecer Arriba las migraciones de los pájaros y el canto del muecín que rompe la tarde En los museos cerrados las estatuas y las vasijas vuelven a ser sólo piedra sólo bronce Al oeste la línea recta va hacia los pasadizos de la muerte y a ese olor a sueños de abajo de la tierra Afuera las ciudades del pensamiento las disonancias los residuos las meditaciones el deseo bajo mi piel y el río como una espada oxidada Uno se va a morir a solas a solas en lo oscuro lejos de lo que uno fue o creyó ser Uno se muere entre los sentimientos más simples en la sorpresa enorme de estarse muriendo Uno se hace un hueco en la oscuridad y se echa ahí como un animal (...) Hay un vértigo en esta luz El día se desploma Las golondrinas atraviesan el instante ¿Qué saben los dioses de los sueños de los hombres? Es en esta luz que me consume En su transparencia Donde más te busco Es en la resequedad de esta mañana Imperceptible derramada Agua en los labios del sediento Madre soy yo la buscada Te he llevado sobre mí Sintiendo tu peso Y el olvido me duele Como una herida La luz se aquieta Y te oía dentro de mí Te oía en la desembocadura Naciéndote Y las palabras se hundieron en el agua Y el llanto se embebió en la arena Y yo me quedé en la orilla Era cerca del corazón oscuro de los sauces Donde aún te nombro y me postro ante ti Como antes como siempre Estoy bajo un cielo pálido Y había algo entrañable en los días y en el recuerdo de los días Y me tomó el tiempo de vivir para despertar Pero lo más importante no lo dijimos Por siempre el pálido inmenso silencio Y era dentro de mí como una floración Un despertar al otro lado Y yo quería saber Pero sólo me fue dado preguntar El otoño se tensa como un arco el aire está inmóvil La lluvia también se desplaza hacia el sueño Lentamente recupera su sombra se inclina como un sauce Cae
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