De piedra son unos, de arcilla otros — ¡Y yo centelleo con luz argentina! Traiciono de oficio, Marina — mi nombre, Soy frágil espuma marina. De arcilla son unos, los otros de carne — Para ellos: ¡tumba y losa sepulcral! —Bautizada en la pila marina— y en el aire Destrozada sin fin, vuelo y sucumbo. A través de los corazones, a través de todo hilo Mi capricho se infiltra, penetra. De mí —esos rizos vagabundos: ¡miradlos! No se hará para nada sal terrestre. Contra vuestras rodillas de granito, triturada Cada ola me — ¡reanima! ¡Viva la espuma, gloria a la espuma dichosa, Viva la alta espuma marina!
23 de mayo de 1920
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