Marina Tsvetaieva Selección, traducción y nota introductoria de Lorenza Fernández del Valle VERSIÓN PDF |
Nota introductoria |
Marina Tsvetaieva es lava viva, criatura poseída que con su ser poseso invade, arrasa y edifica imperios en el orbe de la poesía rusa universal al lado de Pasternak, Maiakovski, Ajmátova y Mandelstam. Mujer hechicera y hechizada, la llama Octavio Paz. No existe una voz tan llena de pasión como la suya en todo el horizonte poético del siglo XX. Habita en el ápice extremo de las emociones que la colocan en el borde de un “no más allá”, en los linderos de una violenta y transfiguradora intuición carnal. |
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El poema de la montaña
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Amor, ¿este discurso te asombra? Todos los que se separan, cuando hablan son como ebrios, y se entregan gustosos al juego de lo solemne... Hölderlin |
Dedicatoria 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Posfacio Dedicatoria |
Que te estremezcas 1
¿Parnaso, Sinaí?
Paraíso en la mano abierto
Perséfone, por ese grano de granada...
No hay error — es la pasión, ni cuento
Lamento de montaña (en tierra queda
Lamento de montaña — sólo tristeza
Esta montaña era la giba
Pasarán los anhelos, la piedra susodicha
Jamás la montaña olvidará — el juego
La memoria con sus derrumbamientos,
Enero 1924, Praga, Colina Smikhovski |
El muchacho
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(extractos de una autotraducción)
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I II I |
Esponsales II ¿Tan profundo duermes?
1924 |
Poema |
Han caído ya tantos en este abismo
¡abierto en lontananza! y yo me borraré un día sin rimas de la tierra, es verdad. Se congelará lo que fue —lo que canta que lucha, brilla y quiere: y el verde de mis ojos y delicada voz y dorados cabellos. La vida estará allí, su pan, su sal, olvidadas jornadas. Y todo pasará como si bajo el cielo ¡yo no hubiera existido! Yo que cambiaba, como un niño, su rostro —malvado por momentos— amaba la hora en que el leño se enciende que cenizas se vuelve, y el violonchelo y las cabalgatas y campanas tañendo... —yo viviente, verdadera sobre la tierna tierra. A todos —¿qué importa? yo no escatimo nada, vosotros: ¡¿sois míos y extranjeros?!— os pido confianza plena os ruego que me améis. Día y noche, la voz o la escritura: por mis “sí” y mis “no”, azotadura del hecho tan común —estoy muy triste, de no tener sino veinte años, Del hecho del perdón inevitable de ofensas ya pasadas, por toda mi ternura incontenible y mi orgulloso rostro, y la veloz locura de los tiempos, mi juego, mi verdad... —¡Escuchadme! —tenéis que amarme más ya que yo moriré. |
A S.E.* |
Con orgullo, llevo su anillo
Soy su mujer ante la eternidad — no en el papel. Su rostro es afilado Como una espada. Su boca muda refleja tristeza, Su ceño — doloroso y espléndido. En su rostro trágico se mezclan Dos rancias dinastías. Es delicado como un retoño Sus ojos — inútiles y espléndidos Bajo sus cejas aladas — Dos precipicios. Soy fiel a su rostro de caballero —Para todos vosotros que vivís y morís sin temor— En nuestros tiempos malditos — cantemos Tales estancias — antes de ir al patíbulo. |
Mi jornada |
Mi jornada es un absurdo sinsentido
29 de julio de 1918 |
Del Campo de los cisnes |
—¿Dónde están los cisnes? —Los cisnes han partido.
26 de julio de 1918 |
Perdón |
¡Perdonadme, mis montes!
14 de mayo de 1918 |
Poemas no coleccionados |
Soy la página bajo tu pluma.
10 de junio de 1918 |
A Ajmátova |
¡Musa de los llantos, la más bella de las musas!
Moscú, 19 de junio de 1916 |
Poema |
a Boris Pasternak
Dis-tancia: verstas, miliares...
24 de marzo de 1925 |
Poema |
De piedra son unos, de arcilla otros —
23 de mayo de 1920 |
[No he respetado la ley...] |
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No he respetado la ley, no he comulgado
26 de septiembre de 1915 |
Sin cansarme |
a Boris Pasternak
Sin cansarme, como pedregal
27 de marzo de 1923 |