¡Perdonadme, mis montes! ¡Perdonadme, mis ríos! ¡Perdón, oh mis campos! ¡Perdón, oh mis hierbas! La madre bendecía a su soldado, A su hijo que partía para siempre... Desde el fondo de la pobre casucha, Estas palabras: “¡Perdón, oh mis ríos!”
14 de mayo de 1918
|