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AKIKO YOSANO (1878-1942)
Fue la tercera hija de un opulento comerciante de la ciudad de Sakai, cerca de Osaka. Después de terminar la Escuela Femenina de Sakai, inició sus estudios de literatura clásica del Japón, mientras ayudaba a sus padres en el negocio. A los veinte años de edad empezó a escribir tankas; en 1899 se hizo miembro del grupo de tanka, Nueva Estrella (Shinsei), cuyo jefe era Tekkan Yosano. Akiko publicó sus tankas en la revista Myodyo (El Lucero), órgano de dicho grupo. En 1901 va a Tokio para reunirse con Tekkan, quien fue más tarde su marido. Ese mismo año, en agosto, publica su primer libro de tankas titulado Midaregami (Dulce desorden de la cabellera). Este libro tuvo gran resonancia por su audaz manifestación feminista. En 1922 viaja junto con su esposo Tekkan a países europeos: Francia, Alemania, Inglaterra, donde conoce a artistas célebres tales como Régnier y Rodin. Escribió y publicó más de 15 libros de tankas, además de crítica, ensayos y versiones modernas de textos clásicos japoneses. En 1921 se hizo directora de la Escuela Feminista Bunka Gakuin, y abrió nuevos horizontes en el campo pedagógico; tuvo además un profundo interés en problemas femeninos y sociales. El poema "No te mueras" es uno de los poemas antibélicos más famosos en el Japón. Cuando Akiko publicó este poema, dedicado a su hermano menor enviado al frente en la Guerra ruso-japonesa, su intrépida denuncia contra la guerra y la irónica referencia al Emperador sorprendieron al público lector.
TANKAS Sin conocer la sangre ardiente de un cuerpo tierno, ¿no te sentirás solo, tú que predicas el camino? * La primavera es fugaz. ¿Qué me importa una vida inmortal? Toqué con las manos mis senos abundantes. * En Kamakura aunque sea un Buda Shakyamuni* es guapo. Una arboleda de verano. * Hacia Kiyomizu** la noche de luna y de cerezo atravesaba Guion.*** Toda la gente bajo la luna ¡Se veía tan hermosa! * La joven veinteañera. Fluye entre los dientes del peine su cabellera negra. La ostentosa juventud, ¡oh, maravilla! NO TE MUERAS Ay, hermano, lloro por ti, no te mueras. Tú que naciste el menor de la familia, el cariño de tus padres superaba todo, mas ¿acaso ellos te han educado para matar a la gente haciéndote empuñar una espada? ¿Te han criado hasta los veinticuatro años para que mueras después de matar a la gente? Eres el dueño de una tienda tradicional de un comerciante de la ciudad de Sakai. Eres el heredero del nombre de tu padre. No te mueras. ¿Qué te importa si el Castillo de Puerto Arturo cae o no cae? Sólo conoces las costumbres de una familia de mercaderes. No te mueras. El Emperador nunca aparecerá en el campo de batalla. "Que mueran como bestias, que derramen mutuamente sangre humana, que es el honor del hombre el morir" ¿Pensará así el Emperador? No creo, pues tiene una benevolencia profunda. Ay, hermano, no te mueras en el campo de batalla. A tu madre que había perdido al esposo le han quitado a su hijo en medio del llanto sin misericordia el otoño pasado. Ella mantiene a su familia y mientras se habla de la paz nacional aumentan las canas de su cabello. ¿Acaso te has olvidado de tu mujer joven y frágil que a la sombra de la cortina llora inclinada, con quien no has vivido ni diez meses? Piensa en el dolor de la joven. Ay, ¿en quién podría ella apoyarse sino en ti, el único en este mundo para ella. Tú no te mueras. |