Material de Lectura

Cesare Pavese


Nació en San Stefano Belbo en 1908. Murió en Turín en 1950.

Poeta, novelista, cuentista y ensayista.

Su principal colección de poesía se titula Trabajar cansa. La última, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.

Poeta de una peculiar complejidad, cada poema forma parte de una búsqueda  incansable, un cavar en el alma para encontrar vivencias escondidas y una meditación constante sobre esas vivencias. Supo observar angustiadamente el mundo de los hombres.



I
La tierra y la muerte
Canción



I



También tú eres el amor.
Eres de sangre y de tierra
como nosotros. Caminas
como quien no se separa jamás
de la puerta de su casa.
Miras como quien espera y no ve.
Eres tierra que duele y que olvida.
Y eres delirio y cansancio,
tienes palabras -caminas
en espera. El amor es tu sangre.

       II

Tú no conoces las colinas
de la sangre esparcida.
Todos cuantos huimos,
todos cuantos tiramos el fusil y el nombre.
Una mujer nos veía huir.
Un solo de nosotros
se detuvo, levantó el puño cerrado,
miró hacia el cielo vació,
inclinó la cabeza y murió
bajo el muro olvidado.
Ahora su nombre es tan sólo
una salpicadura de sangre.
Una mujer nos espera en las colinas.

 


La tierra y la muerte


Eres como un país
que ninguno ha nombrado.
Tú ya no eres nada,
tan sólo la palabra
que surgirá del fondo
como un fruto entre ramas.
Hoy el viento te alcanza.
Cosas secas y muertas
te ocultan y se escapan.
Miembros, palabras muertas.
En el verano tiemblas.


Canción


Las nubes están unidas a la tierra y al viento.
Mientras haya nubes sobre Turín
será bella la vida. Levantan la cabeza
y su gran juego crece allá bajo el sol.
Masas blancas, durísimas y el viento que circula
definitivamente azul, las deshace
y las hace grandes velas impregnadas de luz.

Sobre los techos, millares de nubes blancas
lo cubren todo, la multitud, las piedras, el estruendo.
Muchas veces levantándome he visto las nubes
transparentes en el agua lívida de un pozo.

También los árboles unen el cielo a la tierra.
Las ciudades exterminadas son bosques
donde el cielo aparece alto, alto, entre las calles.
Como los árboles viven junto al torrente del Po,
así viven los grupos de casas junto al sol.

También los árboles sufren y mueren bajo las nubes,
el hombre se desangra y muere, pero canta su alegría
entre la tierra y el cielo, la gran maravilla
de las ciudades y de los bosques. Mañana tendré tiempo
de encerrarme y de apretar los dientes. Ahora toda la vida
son las nubes y las plantas y las calles, perdidas en el cielo.