El mar
I ¿Dónde te conocí, mar solitario, si cuando te miré me vi contigo, si en el silencio de tu espuma vivo y con tu soledad acompañado? ¿Cuándo el cielo voló para acercarnos con sus nubes lejanas, conmovido, si en tus olas mi cuerpo está cautivo como el aire en la luz, aprisionado? ¿Te conocí cuando ella me miraba la vez primera en que mis ojos vieron más allá de la luz de su mirada? ¡Oh corazón del mar!, raíz del tiempo, con ella te confundes y te aclaras, latiendo entre mi voz y entre mi sueño. III ¡Qué vuelo de palomas en la brisa se alzó desde la espuma al encontrarte! Y yo sentí que el mar era mi sangre y que sin ti las olas se morían. Eres tú, es el sueño, eres tú misma la que mi cuerpo solitario invades; si has nacido ya en él; si ya lo sabe el alba de la flor más escondida. ¿Por qué entonces sentir el pulso hueco, su helado resonar, su gota de agua caer del corazón hacia el silencio? Nada seré si en ti muero de olvido, porque nada es el mar si le olvidara el amor de la luz en el abismo.
|