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Satiemus ¿Y qué si supiera tus discursos palabra por palabra? Y si tú supieras que los conozco ¿hablarías? y qué si supiera tus discursos palabra por palabra, y todo el tiempo los repitieras sobre lo que digo. “Mira, hubo uno que torció su bella y brillante cabeza, suspirando mientras tú continuabas tu dorado discurso.” O, como nuestras risas mezcladas una con otra, mientras apretados labios dan bocanadas de aire intermitentemente qué si mis pensamientos se volvieran en su búsqueda mental murmurando entre sí “El bello muerto debe conocer tales momentos, pensando sobre la hierba: ¡cuan blancos cornejos susurraron sobre su cabeza en los brillantes días de la alegría!” Cómo si el dulce sonido en el interior de tu garganta es igual que el tañido de un laúd en su débil acorde confusas narraciones que me ciegan, repetidas una por una contadas tantas veces que las conocemos de memoria; ¿Y qué si conozco tu risa palabra por palabra si no encuentro nada original en tu regocijo? |