Los indios viejos
Los hombres viejos, muy viejos, están sentados junto a sus cabras, junto a sus pequeños animales mansos. Los hombres viejos están sentados junto a un río que siempre va despacio. Ante ellos el aire detiene su marcha, el viento pasa, contemplándolos, los toca con cuidado para no desbaratarles sus corazones de ceniza. Los hombres viejos sacan al campo sus pecados, éste es su único trabajo. Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando, y en la tarde salen a lazarlos para dormir con ellos calentándose.
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