India caída en el mercado
Pobre india doblada por el ataque todo su cuerpo flaco ha quedado quieto todo su cuerpo sufrido está pequeño pequeño todo su cuerpo tronchado es un pajarito muerto. Su corazón —¡ah corazón despierto!— pájaro libre, pájaro suelto, Carlos, ha dormido un momento. Ella se desmayó, la desmayaron. Al lavarle el estómago los médicos lo encontraron vacío, lleno de hambre, de hambre y de misterio. Muy doloroso cuadro, Carlos. Muy doloroso y sumamente amado. Han volteado su cara —¡ah oscura palidez!—. Con el derrame las yugulares están secas y la sangre huyó secretamente, ¡ah, la viera su madre! Cerca, Carlos, cerca del occipucio una moña chiquita se desgaja y deja ver en la nuca una cruz blanca. Tan cerca de la muerte y tan lejana, su vida vale mucho, vale nada. Los lustradores esperaban obscenidades al levantar la falda pero ella tiene una desnudez muy médica, un lunar en la espalda, y da la impresión de un ave herida cuando cae su brazo como un ala. Abran, abran todas las gentes malas sus entrañas y no encontrarán nada. Ella tiene un ataque que no lo sabe nadie. Un ataque malo, Carlos.
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