Ahora ya nadie querrá escuchar canciones
Ahora ya nadie querrá escuchar canciones. Los amargos días profetizados llegan desde la colina. Te lo digo, canción, el mundo ya no tiene maravillas; no destroces mi corazón, aprende a estarte quieta. No hace mucho, libre como cualquier golondrina, luchabas; felizmente contra las mañanas, desafiando sus peligros. Ahora vagarás como un mendigo hambriento, llamando desesperada a la puerta de los extraños.
(1917)
|