Cortad el árbol
CORTAD el árbol… ¡cortadlo! Es demasiado bello: no me deja cantarlo. Cuando ya no haya árboles, yo brotaré una selva, un bosque nuevo, vivo en el solo ardor de mi palabra; con la raíz mojándose en mi centro, y, al aire, entre sus ramas, hojas, tallos, estremecidas alas de mis versos.
|