Canción de la sangre
Duerme, mi sangre única que así te doblaste, vida mía, que se mece en rama de sangre. Musgo de unos sueños míos que te me cuajaste, duerme así, con tus sabores de leche y de sangre, Hijo mío, todavía sin piñas ni agaves, volteando en este pecho granadas de sangre. Si sangre tuya, latiendo de las que tomaste, durmiendo así, tan completo de leche y de sangre. Cristal dando unos trasluces y luces, de sangre; fanal que alumbra y me alumbra con mi propia sangre. Mi semillón soterrado que te levantaste; estandarte en que se para y cae mi sangre; Camina, se aleja y vuelve a recuperarme. Juega en la duna, echa sombra y es mi sangre. ¡En la noche, si me pierde, lo trae mi sangre. ¡Y en la noche, si lo pierdo, lo hallo por su sangre!
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