El cementerio está cerca de donde tú y yo dormimos, entre nopales azules, pitas azules y niños que gritan vívidamente si un muerto nubla el camino. De aquí al cementerio, todo es azul, dorado, límpido. Cuatro pasos y los muertos. Cuatro pasos y los vivos. Límpido, azul y dorado, se hace allí remoto el hijo.
(de Cancionero y romancero de ausencias)
|