El silbo de la llaga perfecta
Ábreme, Amor, la puerta de la llaga perfecta. Abre, Amor mío, abre la puerta de mi sangre; Abre, para que salgan todas las malas ansias. Abre, para que huyan las intenciones turbias. Abre, para que sean fuentes puras mis venas, mis manos cardos mondos, pozos quietos mis ojos. Abre, que viene el aire de tu palabra... ¡Abre! Abre, Amor, que ya entra... ¡ay! Que no se salga... ¡Cierra!
(de Silbos)
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