Cielo
Peces groseros, ciegos y lucientes; ¿le daré de estos peces a mi Amada, de comer? O los lanzo de nuevo, a los bajos del cieno del agua? Unos le daré más listos, ligeros como suspiros, porque la vuelvan más bella y aún más pura? Le daré algunos más pálidos y tenues, que el cielo surcan.
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