Aceptemos la locura abiertamente, hombres De mi generación. Sigamos Los pasos de esta edad destrozada: Mirémosla cruzar la tierra opaca del Tiempo Hacia la casa cerrada de la eternidad Con el ruido que la muerte tiene, Con el rostro de las cosas muertas y que no se diga: Que queríamos más; buscamos para encontrar Una puerta abierta, una hazaña absoluta del amor Que transformara la aciaga oscuridad del día; pero Encontramos infierno y niebla Sobre la tierra, y en nosotros mismos Un pantano descompuesto de tumbas descomunales.
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