EL RETORNO
Todo lo recorrí, todo lo anduve. Desde los ríos que acunaron héroes y recibieron sus deshechos cuerpos, hasta las tierras áridas en donde el aire extiende el cuello de cristal en un largo desfile de caballos. Todo lo recorrí, pero en los ojos quedó la hora transparente y húmeda en que dejé nuestra ciudad a la que vuelvo para gustar su sangre de enternecidos frutos, su madurada sombra que se proyecta en el seno del valle y ver crecer la noche en los brazos del viento.
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